Adosados

Junior y Nach, músicos. Ambos acaban de sacar disco. El primero defiende el hip-hop, y el segundo, el rap; y entre ellos hay cierta rivalidad.
.
.
Anibal González
.
Muchos raperos (Nach es uno de ellos) critican a Junior, que apareció en la serie Un paso adelante, porque le consideran un «producto comercial». El malagueño, afincado en el sevillano barrio de Triana, no se defiende. Sencillamente, dice que no entra en ese tipo de descalificaciones.

Junior. ‘El príncipe de los gatos’ ahora es el ‘Niño Flama’. Junior Mínguez acaba de sacar su segundo disco al mercado, un trabajo aclamado por los jóvenes y muy criticado por el mundo del hip-hop.

«Soy como Peter Pan en el País de Nunca Jamás»

Antes era El príncipe de los gatos, y ahora, el Niño flama...

Es una expresión que se utiliza en mi barrio, Triana (Sevilla). Quiere decir el intocable, el más chulo.

¿Qué tiene que ver esa expresión con su disco?

Este trabajo nace de la reflexión de cómo cambió mi mundo desde que saqué el primer álbum. Popularidad, conciertos, entrevistas... así surge el Niño flama.

¿Qué es lo peor de la popularidad?

Mi intimidad, que se ve un poco hipotecada. Aun así, soy un tío al que le gusta la gente. Además, estoy aprendiendo rápido. Sé que no puedo bajar a comprar el pan a la una de la tarde, porque es cuando salen los chavales del colegio y llegaría a casa para la merienda.

¿Cómo se definiría?

Me siento todo un Peter Pan en el País de Nunca Jamás. Me niego a crecer.

¿Qué superhéroe quería ser de niño?

Pues todos. Mis preferidos eran Coco y Espinete, de Barrio Sésamo; Pegaso, de Caballeros del Zodiaco (suspira). ¡Qué chulo era el tío!

¿Cómo fue su acercamiento al mundo de la música?

Nací dentro del mundo. Mi padre era cantaor, viajaba mucho y me traía música de todo el mundo.

Pero sus raíces son muy flamencas...

Por supuesto. Mamé del torrente de Antonio Mairena, de la magia de Paco de Lucía y de la modernidad de Camarón de la Isla. Luego fui haciéndome a mí mismo.

Y actualmente, ¿de qué le gusta empaparse?

De muchas cosas. Desde la fuerza y la personalidad de Farruquito bailando, hasta el buen hacer de las letras de Haze, al que considero un gran amigo.

¿Cómo lo ven el resto de raperos?

Sé lo que opinan todos los raperos de mí, y me da exactamente igual.

¿Tienen malas relaciones?

Te digo que me da igual. (Risas). No voy a entrar en ese juego.

Le encanta la literatura clásica.

Es cierto. La descubrí hace años cuando me fui a trabajar a Alicante, como todo hijo de vecino. En aquellos duros momentos fue mi compañera, mi guía.

¿Se animaría con el mundo editorial?

Estoy escribiendo un poemario. Se trata de una novela escrita en verso, pero en la que toco varios temas de actualidad.

 ¿No es eso hip-hop?

(Risas). Exacto, pero en este caso, verá la luz en papel. Es la nueva literatura hip-hop.

Bio

Junior Mínguez nació hace 27 años en Málaga, pero se declara Trianero (Sevilla) de corazón. Musicalmente, es ahijado de Lola Flores y de Bambino. No sólo ha debutado en la música, sino que también ha hecho sus pinitos en la danza como coreógrafo de la serie Un paso adelante.

Nach. El rapero valenciano acaba de sacar al mercado su tercer disco, Miradas (Boa). Es uno de los nombres capitales del rap latino y fue vitoreado por 6.000 personas durante un concierto en Chile.

«El rap es una terapia, la gente ve que no está sola»

¿Cómo son esas Miradas de las que habla en su disco?

Quise romper el silencio de determinadas personas de las que a veces no se habla mucho, como prostitutas, homosexuales... Son nueve historias de nueve personas con las que me he cruzado.

En alguna entrevista se ha definido como «un rapero de clase media».

Bueno, soy un tío de clase media y muy normal.

¿Por eso rompe con esa imagen de renegado social?

Es una creencia que se tiene del rap, porque nació de esa gente. Nach salió con un mensaje mucho más calmado y menos impulsivo.

¿Los ricos pueden encajar en la filosofía hip-hop?

También hay raperos que tienen mucho dinero. No creo que tenga que ver la clase social para reaccionar de la misma forma ante algo.

¿Por qué los raperos son tan exagerados en las letras?

Cada tema es como una película, está basada en la realidad, pero las metáforas a veces son enormes. El ego también está por medio. Para superarnos competimos entre nosotros, aunque luego nos podemos ir de copas. Pero a mí no me gusta mucho seguir ese juego.

¿Por qué se critica tanto a Junior?

Para mí no hace hip-hop, no tiene nada que ver con esa cultura. Se maquilla para salir, le hacen los temas... Él no es el que habla en realidad, es un producto.

¿Su mundillo es un poco cerrado?

Es un poco sectario porque tenemos muy claro lo que somos. Además, siempre nos han intentado manipular.

¿Cree que en España hay un rap con identidad propia?

Sí, aunque todavía ha de evolucionar y cambiar bastante. Pero los estilos de rap se pueden dividir por provincias. En Sevilla tiene un cachondeo peculiar; el de Barcelona tiene más clase, porque es más cosmopolita; en el norte, es más directo...

¿Cómo explica ese concierto de Chile con 6.000 personas de público?

Latinoamérica se fija mucho en España, porque ve que salen productos de calidad. Y espero que siga así, pues voy a hacer una gira.

¿Puede ser porque allí la situación social es más complicada?

Estoy seguro. La gente quiere escuchar cosas que los ayuden y aporten algo para superar esas dificultades.

¿Entonces, el rap es una terapia?

En algunos aspectos, sí. La gente se identifica porque ve que no está sola. Los hace crecerse.

Bio

Nacho Fornés (Nach), nació en Valencia hace 31 años. Su primer nombre artístico fue Nach Scratch. Su segundo trabajo, Poesía difusa, fue el disco más vendido de rap en 2003. Estudió sociología porque, según dice, «no sabía si iba a poder vivir de la música».

Mostrar comentarios

Códigos Descuento