Tribunales.-Ramírez dice que disparó "al azar" a los asaltantes de su casa tras acuchillarle y amenazarle de muerte

Afirma que podía haber disparado por la espalda a los atracadores pero que no lo hizo porque "sólo quería que se fueran"

Francisco Ramírez, acusado por la acusación particular de dos delitos de homicidio en la causa abierta por el asalto a su chalé de Canals (Valencia), el 4 de enero de 2006, en el que murieron dos de los atracadores, afirmó hoy en la Audiencia Provincial que realizó varios disparos "al azar" después de que algunos de los asaltantes le acuchillaran y amenazaran de muerte tanto a él como a su esposa.

Ramírez, que estuvo prestando declaración durante casi tres horas en la sección segunda de la Audiencia de Valencia, quiso responder a todas las preguntas efectuadas tanto por parte de la acusación particular como de las defensas y el ministerio fiscal, aunque esta última parte no le acusa porque sostiene que actuó bajo la circunstancia eximente de legítima defensa, tal y como él defendió.

Ramírez quiso relatar, paso a paso, lo que ocurrió ese día 4 de enero, a partir de las 20.00 horas. En primer lugar, matizó que practicaba tiro olímpico "dos o tres" veces al año, además de caza, por lo que disponía en su casa de armas cortas y también de rifles, escopetas y cuchillos de campo. Guardaba estos enseres en una caja fuerte, junto a los cargadores, aunque ese día, como había ido a cazar, la había dejado en su habitación, puesto que no le había dado tiempo a ordenarlos.

Tras dejar claro estos aspectos, Ramírez comenzó el relato de los hechos. Así, indicó cuando estaba en el salón juntoa a su mujer, en el piso de arriba, "se abrió la puerta de golpe" y observaron a varias personas "encapuchadas". Al principio, según dijo Ramírez, sospechó que era su hijo con unos amigos "gastando una broma".

No obstante, cuando vio que una de esas personas le apuntaba con una pistola en la frente, se quedó "mortal". Aseveró que les tiraron al suelo, ataron a su mujer, y a él le llevaron hasta una de las cajas fuertes de la vivienda, ubicada en la planta baja, que escondía documentación y alguna moneda de plata, pero "nada importante".

Tras ello, subieron a su habitación, donde se hallaba otra caja fuerte, y le obligaron a que la abriera —contenía joyas y 4.000 euros—. Cuando obtuvieron el botín, la mayoría de los asaltantes se fueron de la habitación y Ramírez se quedó sólo con dos de los atracadores. En ese momento, pidió un vaso de agua y cuando uno de los asaltantes se dirigió al cuarto de baño a por el agua, Ramírez aprovechó un despiste de su compañero, que estaba rebuscando cajones, cogió un arma que escondía bajo del colchón, la munición que estaba en la mesita de noche, y la cargó.

Con el ruido, el asaltante que le vigilaba, según explicó, se dirigió hacia él con un cuchillo, le agredió a la altura del estómago y él, con la pistola en la mano, efectuó un disparo desde la parte de atrás pero sin apuntar. Al escuchar el tiro, los asaltantes empezaron a correr, y él aprovechó para ir hasta el salón, para comprobar cómo estaba su mujer. En el momento en que huyeron de allí, Ramírez explicó que "podía haberles disparado perfectamente por la espalda porque estaban muy cerca, pero no lo hice porque sólo quería que se fueran", declaró.

Una vez allí, y al ver que su mujer se encontraba bien —aunque atada— se quedó "más tranquilo". Segundos más tarde, escuchó disparos desde la parte de abajo, por lo que se asomó por una esquina de la escalera y realizó unos "tres o cuatro disparos". "No efectué ningún disparo hasta que desde abajo empezaron a disparar", puntualizó. Tras ello, se le encasquilló el arma y cesó.

Observaron a un herido

Seguidamente, los Ferri ya no oyeron más ruido, intentaron saltar por la ventana para huir, por si quedaba alguien dentro de la vivienda, pero al final decidieron bajar, puesto que había "mucha altura". En la planta baja observaron a uno de los atracadores "que gemía", por lo que su mujer llamó al '112 Comunitat Valenciana' para pedir dos ambulancias, una para Ramírez y otra para el herido.

Luego salieron al exterior, donde se reunieron con los caseros, "que habían sido amenazados de muerte para conseguir las llaves de la vivienda", dijo. En este momento, Ramírez explicó que descargó su pistola y le dijo a la casera que la guardara para dársela a la Guardia Civil. Sin embargo, sobre esta última versión han habido diversas contradicciones, puesto que la misma casera indicó que la pistola no se la había dado Ramírez, sino que la había recogido del suelo "después de que un agente de la Guardia Civil la descargara y la dejara allí". Así, indicó que se la guardó en el bolso y se la llevó al hospital, donde estaba ingresado Ramírez, y que luego se la dio a un agente.

A esta mujer le mostraron dos pistolas diferentes con el objeto de que pudiera identificar cuál era la que había recogido del suelo, algo que no pudo hacer. Y es que, según recogen los relatos de las defensas, Ramírez podría haber utilizado dos armas diferentes durante el atraco, aunque él sólo reconoció una.

Respecto a la relación que tiene Ramírez con el abogado imputado en esta causa, explicó que lo conoció a través de unos amigos comunes. Confirmó que estuvo dos veces en su vivienda, una de ellas en el interior, en el salón. También aseguró que le entregó un plano catastral de su casa con el objeto de poder venderla.

Además, aportó un dato nuevo, y es que explicó que en una ocasión, la última vez que lo vio, intentó venderle varias joyas por las que pedía entre ocho y 10 millones de pesetas. No obstante, Ramírez no las quiso comprar porque le parecía mucho dinero y porque no le ofrecía facturas. De hecho, le explicó que eran de unos amigos que se las habían cobrado a una persona rica que les debía dinero por un asunto de droga. Al negarse, el letrado de enfadó y no lo volvió a ver hasta la fecha.

"esperando este momento"

La mujer de Ramírez explicó que lleva cuatro años "esperando este momento", porque lo ha pasado "muy mal" y espera que después de este juicio "ya pueda vivir tranquila". Relató que el 4 de enero de 2006 fue el día "en que más miedo he pasado de toda mi vida". Indicó que actualmente no toma ninguna medicación para superarlo porque espera hacerlo por ella misma.

Corroboró la versión ofrecida por su marido y señaló que cuando escuchó el primer disparo pensó que habían matado a su pareja y se puso muy nerviosa. Luego, cuando le vio aparecer, le dijo que estaba bien. Indicó que sólo él disparó después de escuchar varios tiros. Aseveró que en todo el tiempo del atraco no le pegaron pero sí le amenazaron con matarla. "Me maltrataron psicológicamente", dijo.

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