La Diputación vizcaína intensifica la vigilancia para detectar rastros de lobo en Carranza

Solicita a ENESA el aumento de las indemnizaciones por pérdida de ganado por ataque de lobo

El Departamento de Agricultura de la Diputación Foral de Bizkaia ha intensificado la vigilancia en el Valle de Carranza para determinar si el lobo sigue estando presente en el entorno. Desde primeras horas de esta mañana, se mantiene un dispositivo doble de vigilancia para comprobar si se encuentran pistas o rastros que indiquen la presencia del lobo y permitan poner en marcha nuevas actuaciones para evitar los ataques a la cabaña ganadera, principalmente ovina, de Carranza.

Según informó la institución foral, hasta el momento, los rastreos y la vigilancia de los corrales centinela se han realizado a diario, y agentes forestales de la Diputación Foral de Bizkaia permanecen de forma continua en coordinación con el sector ganadero y los cazadores de Carranza.

No obstante, las condiciones meteorológicas adversas dificultan el seguimiento de rastros y huellas. La lluvia, y principalmente la nieve, dificultan la puesta en marcha de otras actuaciones como batidas.

En lo que llevamos de 2010, se ha realizado una batida al amparo de la Ley de Conservación de la Naturaleza y regulado mediante Orden Foral desde 2004.

Aumento de primas

Como nueva medida, la institución foral, que apuesta por el equilibrio entre la conservación de especies animales y las actividades económicas que se desarrollan en los espacios naturales de Bizkaia, solicita a la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA) que aumenten las primas por pérdida de ganado debido a los ataques de lobo. De esta forma, aumentarían las indemnizaciones a los ganaderos en un nuevo gesto de apoyo al primer sector.

Tras los ataques producidos el pasado mes de enero, técnicos y Agentes Forestales determinaron semanas atrás la posibilidad de que existieran dos o tres lobos que hacían incursiones en el entorno del valle de Carranza.

Se instalaron cuatro corrales centinela en las zonas afectadas como Ubal, Bernales y Matienzo. Se trata de unas instalaciones que a modo de cepo, dejarían constancia de la presencia del lobo y al mismo tiempo, sirven de medida disuasoria. En este tipo de corral se registró un único ataque en el mes de enero.

En 2010 se han producido ocho ataques hasta el día de hoy. Las conclusiones de los peritos concluyen que tres de esos ataques fueron producidos por perro, otros tres casos se peritaron como ataques de lobo y otros dos resultaron de causa dudosa.

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