Valencia-Cercle Obert pide al Ayuntamiento que agilice los trámites para expropiar la antigua fábrica de tejas La Ceramo

Cercle Obert de Benicalap ha pedido al Ayuntamiento de Valencia que agilice los trámites administrativos para expropiar la antigua fábrica de tejas y mayólicas La Ceramo, fundada en 1885 por José Ros Furió, según informó la entidad en un comunicado.

Así mismo, ha vuelto a solicitar a las autoridades locales, autonómicas y centrales que asuman "todas y cada una de las legítimas y lógicas propuestas e iniciativas" presentadas por su entidad, en aras a lograr la urgente e integral rehabilitación y recuperación del edificio, destinándolo a equipamiento didáctico, cultural y recreativa. El objetivo es que el emblemático edificio "sirva para uso y disfrute de todos los ciudadanos y vecinos de la zona".

Indicó que la recuperación pública del inmueble permitiría instalar en él un Centro del Trabajo y de la Memoria de la Cerámica Valenciana, concebido como un lugar musealizado, en el que se conservarían los principales elementos de la tecnología cerámica vinculados a la propia fábrica y a las técnicas históricas de producción, recuperando y volviendo a instalar en él todos los elementos originales de su propia historia que pudieran conseguirse.

Además, serviría de centro de interpretación de la arquitectura con aplicaciones cerámicas de la ciudad de Valencia. Pero, así mismo, se convertiría, por sus instalaciones, en el centro de divulgación práctica del trabajo cerámico y de creación estética abierto a actividades de formación, investigación y innovación, en la línea del holandés Europees Keramisch Werkcentrum s-Hertongenbosch, con exposiciones temporales y actividades dirigidas al tejido social del entorno inmediato e interesado en este sector, centradas en estas directrices.

La fábrica de la Ceramo representa una instalación industrial de nueva planta con un proyecto de impulso de la cerámica como arte-industria, en la línea recuperación de técnicas y lenguajes que arrancaban en la etapa dorada de la cerámica valenciana, con un renacimiento de sus más afamadas producciones, como era la loza dorada, recordó la entidad.

Dentro del eclecticismo, utilizó un lenguaje historicista, pero se adaptó también a las necesidades de actualización con producción modernista y novecentista.

La importancia del inmueble reside en el hecho de tratarse de una instalación fabril de nueva planta con el equipamiento típico de finales del siglo XIX, que se ha conservado casi íntegramente aunque con el deterioro propio causado por el abandono de los últimos años que, sin embargo, es recuperable desde un punto de vista patrimonial.

Consta del patio para procesar el barro, las salas de torno y decoración, el taller de pintura, los hornos especializados para las diversas producciones —loza policroma o monocroma, loza dorada—, así como almacenes, secaderos, leñero, áreas de dirección y administración.

Su importancia histórica para Valencia y para el fenómeno industrial del eclecticismo español, "transciende lo local", detalló. Suministró material de valor estético para los principales edificios de la ciudad construidos o renovados en el primer tercio del siglo XX, entre ellos, la Estación del Norte, la ampliación del Ayuntamiento de Valencia, el Mercado Central de Valencia y los jardines de Monforte.

Se conserva íntegro en manos privadas su archivo, así como un muestrario de su producción en diversas instituciones como el Museo Nacional de Cerámica, el Museu de Cerámica de Manises, la Estación del Norte o la colección Victor i fills de Barcelona.

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