El decreto tomado por el alcalde y diputado del partido conservador gobernante (UMP), Eric Raoult, instaura un toque de queda excepcional.

Le Raincy, al noreste de París, está situado entre Clichy-sous-Bois, donde empezó el pasado día 27 la oleada de guerrilla urbana que se ha extendido a decenas de zonas urbanas de todo el país, y Monfermeil, donde una granada lacrimógena fue lanzada a una mezquita, lo que echó más leña al fuego.

Además, el alcalde de Raincy ha decidido otras medidas, como la contratación de agentes de seguridad para proteger lugares específicos y mantener las patrullas implantadas hace unos días.

Con el toque de queda, el primer edil espera evitar un "drama", según explicó a medios locales, el día en que se conoció la muerte de un hombre, que había caído en coma tras ser agredido durante los disturbios el pasado viernes en Stains, que como Le Raincy, está situado en el departamento de Seine-Saint-Denis.

"No quiero que haya dramas", dice Sarkozy

No quiero que haya dramas. Ya ha habido bastantes", dijo, por su parte, el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, quien recibió hoy a la viuda de este hombre "cobardemente asesinado" y primera víctima mortal de la peor ola de disturbios en casi cuatro décadas.

El ministro, que se reunió con miembros de asociaciones cívicas, rindió tributo a los policías que cayeron en una emboscada tendida por jóvenes violentos anoche en la localidad de Grigny (Essone, afueras de París) y fueron tiroteados con escopetas de perdigones.

"Les han disparado apuntando a la cabeza. Ellos (los policías) tuvieron un comportamiento notable porque ninguno utilizó su arma, y eso es mi primera preocupación", recalcó Sarkozy. Dos de los policías disparados tuvieron que ser hospitalizados.

"Llevará el tiempo que lleve, pero la República no puede retroceder. O bien es la ley de la República o la ley de las bandas", dijo Sarkozy, a una visita a Evreux, donde el pasado fin de semana hubo una violencia "inédita" y las agresiones "no fueron nada espontáneas".

Medidas judiciales contra los alborotadores

Su colega de Justicia, Pascal Clément, ya ha dado instrucciones a los fiscales para que pidan penas agravadas contra los culpables. Así, un joven de 20 años fue condenado hoy a una pena de cuatro meses de cárcel firme por haber tirado una piedra contra un coche de la policía y haber insultado a los agentes en Mulhouse, en el este de París.

Antes de que el alcalde de Raincy anunciara su decisión de imponer el toque de queda, tras la peor noche de violencias desde el inicio de las revueltas, se escucharon diversas voces a favor de esa medida, entre ellas las del sindicato de policía. También se ha pedido la ayuda del Ejército o de los gendarmes en la reserva.

Otros, incluido un diputado de la UMP, ha abogado por la instauración del estado de emergencia, lo que va venía pidiendo el ultraderechista Frente Nacional, cuyo líder, Jean-Marie Le Pen, advirtió hoy de que se dan ya "las premisas de una guerra civil".

Sin bidones de gasolina

Por su parte, el prefecto (delegado del Gobierno) de Val d'Oise, en las afueras de la capital, ha prohibido la venta de bidones de gasolina para privar a los violentos de materiales incendiarios. Durante el pasado fin de semana, se descubrió un taller de fabricación de cocteles Molotov en Evry, otro lugar de las afueras.

Mientras, y cuando los franceses están a la espera de las medidas a favor de la igualdad de oportunidad que debe anunciar esta noche el primer ministro, Dominique de Villepin, por televisión, se ha anunciado que mañana, martes, la Cámara de los Diputados organizará un debate sobre la crisis, la peor a la que se enfrenta este Gobierno desde su constitución el pasado junio.

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