Pánico ante un posible ataque terrorista. Fue la experiencia que vivieron los pasajeros de un autobús londinense cuando su conductor paró repentinamente el vehículo en que viajaban, se descalzó y se puso a rezar durante cinco minutos por el pasillo del vehículo. Los hechos ocurrieron el pasado 1 de febrero en Gospel Oak, en la zona norte de la ciudad.
Y es que fueron muchos quienes pensaron que el hombre se estaba preparando para un ataque suicida y no respiraron tranquilos hasta que el conductor retomó el volante como si nada hubiera ocurrido. Las reclamaciones a las autoridades no se han hecho esperar. La mayoría de ellas hacen referencia a la confusión provocada entre los pasajeros, pero también aluden a la pérdida de tiempo ocasionada.
Una de las pasajeras, Gayle Griffiths, ha asegurado al diario británico Daily Telegraph que todos los pasajeros estaban muy nerviosos y "conmocionados" ante lo acontecido. No obstante, otro conductor, Gigi David, ha declarado a este rotativo que no es la primera vez en que sus compañeros musulmanes paran un autobús para rezar. En cualquier caso, el Transport for London (Tfl) se ha visto obligado a pedir disculpas por lo ocurrido y ha explicado que su personal está autorizado a rezar durante horas de servicio, aunque no durante la conducción.
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