'FarmVille', el éxito de las granjas virtuales

  • Más de 28 millones de personas juegan a diario a FarmVille, una aplicación de la red social Facebook.
  • Ordeñan vacas, cultivan café, recogen manzanas..., todo virtual.
  • BLOG: El fenómeno 'Farm'.
Una granja de Farmville.
Una granja de Farmville.
FACEBOOK
Una granja de Farmville.

Si ha oído pronunciar frases como "he dado de comer a tus pollos", "dentro de media hora, harvesteo", "¡fertilízame!" o "se te van a estropear las fresas", está claro: conoce al menos a un usuario de FarmVille, algo así como VillaGranja. Es probable, puesto que más de 28 millones de personas de todo el mundo utilizan a diario esta aplicación y casi 77 millones lo hacen al menos una vez al mes. Las cifras resultan más asombrosas si se toma en consideración que el videojuego emplea unos gráficos sencillos, funciona en versión de pruebas y carece de funciones tan básicas como la posibilidad de modificar el ángulo de visión.

La clave de su éxito radica en parte en su componente comunitario. Sólo se puede jugar a FarmVille si se dispone de un perfil en Facebook, y la empresa que lo ideó y lanzó -el 19 de junio de 2009-, la estadounidense Zynga Game Network, se define como fabricante de "juegos sociales".

La mecánica, por añadidura, es tan simple como adictiva. El usuario parte con un terreno y con una cantidad de dinero. Con él puede comprar animales, árboles y semillas. Entre dos horas y cuatro días después -siempre de tiempo real-, según cada especie, puede recoger lo producido por los animales (trufas el cerdo, cubitos de hielo el pingüino, lana la oveja...) y las frutas que han madurado en los árboles (cerezas, naranjas, limones...) o cosechar lo cultivado.

Mientras que animales y árboles permanecen inmutables, los cultivos se echan a perder cuando pasa el doble de su tiempo de maduración si no se han cosechado.

'With a little help...'

Y en todo esto, ¿qué pintan los amigos?

En realidad, como en la canción de Lennon y McCartney, casi todo. Tener amigos de Facebook como vecinos de granja virtual hace asequibles, para empezar, las ampliaciones de terreno. Un amigo puede fertilizar los cultivos y dar de comer a los pollos de uno, y viceversa. Los amigos, además, pueden enviarse regalos, desde conejos hasta olivos, pasando por montoncitos de heno.

En FarmVille, quien tiene un vecino, tiene un tesoro. Rosa María, de 53 años, residente en Las Palmas, lo sabe bien. Esta ama de casa se metió en el foro que el juego tiene en Facebook (con casi 20 millones de admiradores) para buscar gente en su misma situación que le echara una mano. Ya tiene vecinos turcos, suizos, americanos... Le gusta, de hecho, esa necesaria solidaridad entre vecinos; "Para crecer, tienes que ayudar", dice.

<p>Farmville.</p>Por las mañanas, "después de leer el periódico por Internet", se mete en la granja (lo hace una media de tres veces al día) y la actualiza: "Fertilizo, recolecto y miro los regalos", cuenta. Se "enganchó" hace un mes. Fue su hija quien le habló de FarmVille. Ahora, todas las noches le cuenta por teléfono los progresos que ha hecho en la granja.

A José Luis, un camionero en paro de 31 años que vive en León, le pasó algo similar. Hace cuatro meses creó una granja sólo para que su novia, médico, pudiera ampliar la suya. "Le cogí el gustillo", confiesa. Hoy aventaja a su pareja en puntos. "Si tuviera trabajo, plantaría alcachofas, que son para cuatro días", explica. Pero, por ahora, dedica un par de horas diarias al juego. Y si en la vida real ve, por ejemplo, un árbol con los frutos maduros, le dice a su novia: "¡Mira, está pa harvest!".

Como FarmVille no se ha traducido al castellano, es habitual que sus usuarios nacionales se expresen en spanglish. Así, oímos a Carmen, farmacéutica de 27 años que reside en Barcelona, preguntarle a su amiga "¿tú no tienes barn de caballos?", y explicarle "estoy intentando darle a tu beetle para cogerlo". Ella juega por duplicado, con su granja y con la de su marido, mediante el perfil de él en Facebook.

Pero FarmVille también tiene sus detractores. Éstos se agrupan en foros con enunciados -en distintos idiomas- como Una sola invitación de FarmVille más y le prendo fuego a tu puta granja; ¿Eres seguidor de FarmVille? Yo prefiero tener vida; o, directamente, Yo no juego a FarmVille.

En el otro extremo se sitúan aquellos que quieren todavía más y se gastan dinero real en monedas y billetes del juego. En VillaGranja tampoco llueve a gusto de todos.

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