Sucesos.- Una concentración y 600 velas recuerdan al vigilante fallecido tras una brutal paliza en Marchena

Unos cien trabajadores del sector de la seguridad privada celebraron hoy una concentración en la Plaza de España en memoria del vigilante de seguridad de 32 años fallecido como consecuencia de la brutal paliza recibida a manos de personas aún por identificar cuando a finales del mes de noviembre prestaba servicio en la planta fotovoltaica de Marchena (Sevilla).

La convocatoria ha partido del Sindicato de Trabajadores de Seguridad (STS), el Sindicato Profesional de Vigilantes (SPV) y USO y ha contado con la participación de un centenar de profesionales del sector, quienes con 600 velas han formado una cruz luminosa en la Plaza de España en recuerdo de este vigilante de seguridad fallecido víctima de un asalto a las instalaciones que protegía.

Este hombre, vecino de Camas, vigilaba en solitario las instalaciones por encargo de 'Seguridad Uniformada SL' cuando fue sorprendido por una o varias personas que asaltaron la planta fotovoltaica. Dado que sólo disponía de una defensa para custodiar las instalaciones, el vigilante de seguridad fue superado por los asaltantes y fue víctima de una brutal agresión que le condujo a un estado de coma. Fue hallado esposado con sus propios grilletes y rápidamente evacuado a un hospital en el que falleció el 19 de enero.

El portavoz del STS en Andalucía, Antonio Fernández Acacio, dijo al respecto a Europa Press que este trabajador no disponía de un aram de fuego pese a que custodiaba unas instalaciones de relevancia, lo que le llevó a advertir de que la "negligencia" de la empresa es uno de los factores que ha intervenido en su muerte. "Según la Ley de Seguridad Privada, se tiene que portar un arma y deben ser dos compañeros en lugar de uno", dijo en cuanto a la naturaleza del servicio que estaba prestando la víctima.

Así, recordó que los gobiernos civiles, asimismo, pueden obligar a prestar servicio con armas, según la localización, la concentración de riesgo, la peligrosidad, la nocturnidad y el valor del objeto a proteger, porque los vigilantes de seguridad "necesitamos de nuestra propia protección para dar seguridad a otros".

Por eso, consideró "ridículo" que en muchas ocasiones, los vigilantes afronten servicios de riesgo armados sólo "con una defensa".

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