Según informaron fuentes provinciales, el recurso fue presentado dentro del plazo para formalizar esta apelación, que, precisamente, concluía hoy. Entre los bienes objeto de polémica se encuentran dos grandes emblemas del museo: el Torques de Burela y el 'Carneiro Alado', además de 50 piezas y cuadros.

La Audiencia Provincial dictó una sentencia en la que reconoce la tesis de los herederos de Álvaro Gil, quienes sostienen que el que fue propietario no efectuó un depósito sino un préstamo de uso.

El Gobierno provincial, que no descarta acogerse a la expropiación llegado el caso —como destacó el vicepresidente de la institución, el nacionalista Antón Bao, hace unos días— aspira a encauzar la situación con la propia familia y reanudar las negociaciones.

Los tres grupos con representación provincial —PSOE y BNG que gobiernan coaligados y el PP en la oposición— mantienen una postura común en relación a este asunto. De hecho, el presidente provincial del PPdeG, Xosé Manuel Barreiro, expresó el apoyo de su grupo a las iniciativas tendentes a conservar dicho legado.

"Nosotros apoyaremos todas aquellas iniciativas, bien por la vía de la negociación o por la vía legal, que contribuyan a mantener un legado tan importante para nuestro museo como es el legado de Álvaro Gil; el gobierno de la Diputación contará con todo el apoyo del grupo popular", reafirmó.

"seguir en el museo"

Del mismo modo, el ex presidente de la Diputación de Lugo, Francisco Cacharro, afirmó hoy que las piezas del legado de Álvaro Gil, depositadas en el museo provincial y que hoy reclama la familia, "deben continuar en el museo".

A continuación, arremetió "contra algunas versiones que no se corresponde con la realidad", y que —incidió— le culpan de "esta situación", por la que el organismo provincial se vería abocado a devolver estos bienes por una sentencia, ahora recurrida, a los herederos de Gil.

"Ahora nos encontramos que en base a unas anotaciones de la enciclopedia gallega, de un catálogo que se editó, que decía que procedía de una colección privada y en base a todo eso sin hacerse demostración de ningún documento de propiedad mediante testamento, se atribuye esos fondos", destacó.

Finalmente, Cacharro apuntó que "otra cosa que me sorprende", del fallo judicial, es que "estas piezas se puedan llevar para casa porque no tienen tratamiento de Bien de Interés Cultural (BIC)".