Irán anuncia oficialmente que comenzará el enriquecimiento de uranio

  • Aunque advierte que el proyecto podría detenerse si se llega a algún acuerdo con la comunidad internacional.
  • Los analistas lo interpretan como un desafío a los países que quieren evitar que Irán posea tecnología nuclear con fines bélicos.
  • Mahmoud Ahmadineyad permitirá observadores internacionales.
Mahmoud Ahmadineyad presencia una demostración sobre tecnología láser.
Mahmoud Ahmadineyad presencia una demostración sobre tecnología láser.
EFE
Mahmoud Ahmadineyad presencia una demostración sobre tecnología láser.

Irán anunció oficialmente que iniciará este martes en la central de Natanz el enriquecimiento de uranio al 20 por ciento, al mismo tiempo que asegura que interrumpirá la producción de combustible nuclear si llega a un acuerdo internacional.

El director del Organismo iraní de la Energía Atómica, Ali Akbar Salehí, dijo asimismo que se trata de "un proyecto a largo plazo" y que "no se limitará a la producción de combustible para el reactor civil de Teherán". Según el responsable iraní, su país ya ha informado por carta al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y le ha indicado que el enriquecimiento podrá ser visitado por los inspectores internacionales.

El anuncio se entiende como una vuelta de tuerca más en el enconado pulso que el régimen de los ayatolá mantiene con algunas de las potencias más influyentes del planeta. Países como Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido acusan a Teherán de ocultar, bajo su esfuerzo atómico civil, un proyecto de naturaleza clandestina y aplicaciones bélicas cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal nuclear, alegación que Irán rechaza.

El conflicto se agravó a finales del pasado año después de que Teherán desestimara una propuesta de Washington, París y Moscú para enviar su uranio al 3,5 por ciento al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20 por ciento, en las condiciones necesarias para mantener operativo su reactor nuclear civil en la capital. Irán afirma que está a favor del referido intercambio, pero exige que éste se produzca en su territorio nacional y se haga de manera escalonada.

Tras meses de negociación, el presidente iraní decidió este domingo romper de nuevo la baraja al manifestar que había ordenado a los expertos de su país iniciar el controvertido proyecto, decisión que según sus palabras no significa que se haya renunciado al diálogo.

Esta política de ambigüedad ha logrado, en principio, frenar el consenso que trataba de gestar el presidente norteamericano, Barack Obama, para tratar de ganar el pulso a través de sanciones más severas.

China, país que compra a la República Islámica un tercio del petróleo que consume, considera que las palabras del mandatario iraní dejan una puerta abierta a una solución negociada. Rusia, por su parte, duda entre sus lazos con Occidente y los importantes intereses que conserva con un país con el que históricamente ha mantenido una difícil relación.

Mientras la tensión política crece, las incertidumbres sobre el grado de desarrollo nuclear iraní se mantienen. Aunque parece que Irán posee la tecnología necesaria para llevar el uranio hasta el 20 por ciento, los expertos dicen dudar de su capacidad para encapsular el citado combustible e inyectarlo a los reactores.

El régimen iraní, como afirmó este lunes el propio Ahmadienyad, insiste, por su parte, en que su progreso atómico es "imparable", además de un derecho que le asiste como país signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear.

En esta línea, Salehí puso también este lunes fecha para el otro gran proyecto nuclear iraní que despierta inquietud en las potencias occidentales: la construcción de diez plantas más de enriquecimiento de uranio. En declaraciones a la televisión estatal en árabe Al-Alam, el jefe negociador iraní señaló que esos proyectos serán puestos en marcha "a lo largo del nuevo año" persa, que comienza el próximo 21 de marzo.

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