La cara y la cruz.... de Penélope

  • Desde niña tuvo muy claro que de mayor quería ser "actriz y famosa".
  • Treinta años después, la ‘perla de Monegrillo' opta a su segundo Oscar.
  • Se define como una persona extremadamente perfeccionista; sus amigos resaltan su "gran tenacidad y su intuición".
Penélope Cruz optará el 7 de marzo a su segundo Oscar.
Penélope Cruz optará el 7 de marzo a su segundo Oscar.
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Penélope Cruz optará el 7 de marzo a su segundo Oscar.

Un día, no hace tanto, Penélope Cruz se encontró formando parte de una mesa redonda en la que participaba un escogido grupo de actores. Quizá no recuerda con exactitud las palabras de Cate Blanchett quien, a pocos metros de ella, revelaba cuál había sido su primer contacto con el mundo del cine, un papel de extra en una película egipcia por el que había cobrado, explicaba entre risas, en falafell.

Penélope se acuerda, eso sí, de la extrañeza que le produjo estar sentada frente aquella actriz clásica a la que había visto dos años antes recoger un Oscar desde el televisor de casa; o de la conmoción que le provocó la mirada aristocrática de Helen Mirren y la sonrisa amigable de Forest Whitaker, y el verse flanqueada entre las sillas de Brad Pitt y Leonardo DiCaprio –el primero, resplandeciente y rasurado tras volver de su aventura marroquí de Babel; el segundo, con la belleza de Titanic madurada ya por las manos de Martin Scorsese-.

<p>Penélope Cruz 544</p>

Fue donde, tal vez, la joven de Alcobendas, hija de un comerciante extremeño y de una peluquera andaluza, con un inglés aprendido a contrarreloj al que a veces traicionaban las palabras, sintió un vuelco en el corazón al comprobar lo parecido que era aquel foro de estrellas a su sueño infantil más novelesco. O bien, como después declaró, se preguntó qué hacía ella allí, y se sintió pequeña.

De Alcobendas a Hollywood

En las entrevistas, Penélope contesta con fluidez a pesar de las dificultades del idioma: ha repetido las mismas respuestas hasta la saciedad.

<p>Almodóvar y Pe</p>A la madonna de Madrid, como la llaman allende los mares, le gusta referirse a su niñez modesta en una ciudad dormitorio en la que apenas había cines; al primer vídeo Beta que su padre compró ("el único que había en el vecindario") y en el que devoró cientos de películas; a las excelencias de su hermana, también actriz, y de su hermano, cantante; a la devoción que le inspira Pedro Almodóvar, y cómo se coló en el cine a los 13 años para ver Átame, el filme que la determinó a ser actriz: "Después de verlo, fui a buscar un representante".

En los platós nacionales, Cruz extrema la cautela. La pizpireta perla de Monegrillo, aquella adolescente sin rubor que Bigas Lunas mostró hace 18 años en Jamón, jamón, se desvanece tras un muro de pausas y titubeos. Parece tímida. Frunce el ceño cuando el periodista trata de indagar en su vida amorosa: "¿A quién le importa? ¿Es que el tener esta profesión implica que hay que contar con quien se duerme?", argumenta.

A la alcobendense tampoco le gusta hablar sobre cómo es o lo que hace fuera del set de grabación. Mucho menos de su simpatía por el budismo. Sabemos, sin embargo, que es muy perfeccionista, que no bebe, no fuma y no le gustan las fiestas. Además, disfruta escuchando a Prince y The Who.

Por su parte, sus allegados destacan de ella su "tesón". Almodóvar la define como "una mujer sofisticada cuyo espíritu pertenece al pueblo"; su ex novio Nacho Cano resalta su "tenacidad"; Cristina Rota, "su ambición, su intuición y su porosidad interpretativa", y las profesoras de su colegio de Primaria, su desenvoltura. "Ya ponía poses en cuanto veía cerca una cámara cerca. Desde pequeña lo tenía claro. Siempre decía: "Yo, de mayor, quiero ser famosa y artista". Ahora va camino de su segundo Oscar.

Amores de altos vuelos

Además de por su profesión, Penélope es popular por la relevancia de sus parejas. Su primer noviazgo conocido fue con Nacho Cano, con quien colaboró en el clip La fuerza del destino. El pequeño de Mecano la impregnó entonces de una cierta aura mística y le abrió los ojos al budismo. Los hábitos y el look de la joven se hicieron más sofisticados luego, durante su idilio con el empresario Gigi Sarasola. Sin embargo, fueron sus noviazgos con Tom Cruise y, más tarde, con Matthew McConaughey, los que la precipitaron a las portadas de la prensa internacional.

<p>Penelope Cruz</p>

Tras pasear del brazo con aquellos actores por alfombras rojas, Penélope encontró en Javier Bardem a su media naranja, ese joven poderoso que casi dos décadas atrás la había llamado "jamona". Ambos daban sus primeros pasos en el mercado internacional. Desde que frecuenta su compañía, la chica Almodóvar ha cambiado los modelos de firma por vaqueros y camisetas. Y es alérgica a la prensa rosa.

Por Clara Hernández. Sígueme en Twitter.

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