Tiana y la diversidad racial de las princesas Disney

  • La primera princesa negra es la protagonista del filme Tiana y el sapo.
  • Este largometraje es el regreso de Disney a la animación tradicional.
  • Hacemos un repaso de todas las princesas Disney.

Nueva Orleans, años 20, la vida suena a jazz y Tiana, una joven chica con grandes aspiraciones, está a punto de pasar a la historia: ella ha sido la afortunada en convertirse en la primera princesa negra de Disney (justo durante el gobierno del primer presidente negro en la Casa Blanca). No es la primera perteneciente a un grupo étnico diferente del caucásico (antes que ella llegaron la árabe Jasmín, la india Pocahontas y la china Mulán), pero sí es probablemente la que mejor representa una cultura racial.

<p>Tiana y el sapo.</p>Tiana no es sólo una chica de piel negra. Sus ademanes, sus expresiones y su mismo espíritu rebosan alma afroamericana. Su entorno es la América de los ritmos del saxofón, de la magia de las sacerdotisas y del vudú, de los rincones pantanosos habitados por ranas y libélulas.

Hace mucho que la "factoría de sueños" abandonó a las damitas indefensas para mostrar personajes femeninos con carácter, capaces de hacer grandes cosas sin la ayuda de un principito valiente que las auxilie. Tiana no iba a ser menos. Camarera en un restaurante, trabajadora incansable, sueña con un futuro prometedor que le llegará de la forma más inesperada.

Pero Tiana significa mucho más que eso: ella representa el regreso de Disney a la animación tradicional. Los dos últimos largometrajes de la compañía realizados a la vieja usanza, Hermano Oso (2003) y Zafarrancho en el rancho (2004), poco tenían que hacer ya ante la vorágine del 3D. <p>Tiana y el sapo.</p>Pero muchos aún confiaban en el potencial de los dibujos animados "de toda la vida". Uno de ellos, el mayor impulsor del retorno a las dos dimensiones, es precisamente el gurú de las 3D, John Lasseter, director creativo de Pixar y también de Disney desde que ésta comprara a la primera.

Tiana y el sapo recupera el dibujo clásico y vuelve a recurrir a la magia de los cuentos de hadas tradicionales (la película está basada en la novela La princesa rana de E. D. Baker, basada a su vez en el cuento El príncipe rana de los hermanos Grimm). También se vuelve al género musical, íntimamente ligado a la historia de la animación Disney.

La expectación es grande. La animación tradicional ha vuelto al cine y parece que para quedarse, pero eso lo decidirán, en buena medida, los resultados en taquilla.

LAS PRINCESAS DISNEY

Blancanieves (1937)

<p>Blancanieves.</p>Protagonista del primer largometraje animado producido por Walt Disney. Ella es, por tanto, la primera princesa de la factoría. De noble cuna y piel pálida, ingenua, delicada, alegre, amable, muy correcta en sus formas y bella, tan bella que su malvada madrastra, que además de envidiosa es una bruja (literalmente), desea acabar con la vida de la joven. En su huida, Blancanieves acaba en casa de los siete enanitos, siete mineros que se muestran encantados de tener a una hermosa doncella en su hogar. Blancanieves ya es libre, no tiene que barrer, limpiar el polvo y hacer la cama para la Reina.... ahora lo hace para un septeto de enanos. Desgraciadamente, tal vez por no haber prestado atención en las clases de religión, Blancanieves acepta la manzana prohibida y queda postrada en una cristalina urna hasta la aparición del galante y oportuno caballerín de marras que la despierta con un beso antes de estropear su aliento comiendo perdices.

Cenicienta (1950)

<p>Cenicienta.</p>Si Blancanieves tenía la vida un poco en contra, la pobre Cenicienta va marcada incluso por el nombre. Su cruel madrastra y sus feas y repelentes hermanastras le obligan a trabajar como una esclava, la maltratan y la humillan, pero Cenicienta no pierde la fe. La situación es tan negra que ahora ya no basta con un jovencito de la realeza, la única solución para la joven es que suceda un milagro o que se le aparezca un hada madrina. Contra todo pronóstico, desafiando las leyes de la física y de la probabilidad, esto último es lo que sucede. La ceniza se convierte en polvos mágicos, las calabazas en carrozas, los ratones en caballos y Cenicienta en toda una princesita lista para ir al baile de fin de curso, a la gala de la reina del Carnaval o a la entrega de los Oscar. En el fiestón la chica conoce a un maromazo, el tiempo se le va volando y olvida que tenía que estar a las doce en casa. En su precipitada huida pierde un zapatito de cristal que el citado maromo utilizará después, cual miembro de C.S.I., para encontrar a la chicuela y declararle su amor y su deseo de conservarla como mujer florero.

Aurora (1951)

<p>Aurora.</p>Bella como el fenómeno natural al que se refiere su nombre, Aurora es amable, tímida y, al igual que sus predecesoras, ecologista convencida siempre rodeada de animalillos, florecillas y otros diminutivos varios. Es más que probable que sus tres hadas protectoras, Fauna, Flora y Primavera, tengan algo que ver con esta obsesión de la chica por la naturaleza. Romántica empedernida, durante sus ociosos paseos campestres, Aurora disfruta soñando con un príncipe azul que la ame por toda la eternidad. Pero claro, donde haya una princesita hermosa siempre hay una bruja malvada, en este caso la draconiana Maléfica que, de retorcida que es, idea un plan que pasa por que Aurora se pinche con una rueca. La imprudente chica se pincha y queda aletargada cual oso pardo, de ahí que sea más conocida entre el populacho como la Bella Durmiente. ¿Quién resuelve el entuerto? Pues un príncipe, uno azul, en este caso el Príncipe Felipe, quien mata a la bruja y salva a la chica (muchos años antes de lo de Eva Sannum y Letizia Ortiz, claro).

Ariel (1989)

<p>Ariel.</p>Nacida muchas décadas después que sus predecesoras, la sirenita hija del Rey Tritón ya muestra maneras de mujer más moderna. También es bonita, alegre y bondadosa, pero posee además un punto rebelde y un espíritu curioso y aventurero que la llevan a desobedecer a su padre a menudo. Ariel protagoniza el primer largometraje de la segunda época dorada de Disney y se convierte así, por derecho propio, en la primera de una serie de nuevas princesas que son cada vez más heroínas y menos "chicas adorno". Aquí también hay un príncipe, Eric, pero es Ariel la que se enfrenta a todas las adversidades, la que desafía las leyes establecidas de los suyos y la que planta cara a la bruja de turno (Úrsula). Gracias a su fuerza de voluntad, Ariel consigue cumplir su sueño: perder su cola de pescado y obtener un buen par de piernas con las que poder lucir vestiditos (en el 89, este capricho todavía no había desaparecido de las chicas Disney).

Bella (1991)

<p>Bella.</p>Dignísima heredera de las más veteranas princesas Disney, al menos por su marcada femineidad. Su nombre ya lo dice todo: una chica "guapérrima", maja majísima y muy querida por todos. Los vestidos de lujo le quedan como un guante y gracias a su carácter es capaz de ganarse el cariño incluso del mobiliario y la cubertería. Su gran diferencia respecto a las damas animadas de la primera mitad de siglo es su deseo por saber, su amor casi quijotesco por los libros que hace de ella una chica soñadora y con muchas ganas de saber y de descubrir el mundo. En un determinado momento, Gastón (el malo de la peli), le dice a Bella que no es bueno que una mujer lea, ya que entonces comienza a pensar y a tener ideas propias. Gastón expresa unas ideas anticuadas sobre la mujer que quedan aplastadas por Disney al convertir a este personaje en el villano de la historia. La inteligencia y el carácter de Bella la convierten, probablemente, en la única princesa preparada para hacer frente al príncipe menos principesco de todos, la salvaje aunque entrañable Bestia. Por primera vez, la princesa salvaba al príncipe y no al contrario.

Jasmine (1992)

<p>Jasmine.</p>Con tez aceitunada y algunos rasgos árabes, Jasmine se convertía en la primera princesa de una minoría étnica. Hija del sultán de la ciudad ficticia de Agrabah y enamorada de Aladdin, es una chica quizás demasiado poco inquieta para los 90. Salvo alguna escapada esporádica de palacio, Jasmine es una muchacha un poco pija que vive entre lujos, se pone ropas caras y tiene un tigre colosal como mascota. Ella está encantada de que la lleven a pasear en alfombra voladora durante una bonita noche estrellada, aunque lo de casarse con el pretendiente que su padre elija ya le hace menos gracia. Disney vuelve a meter aquí un punto de rebeldía de la mujer contra las tradiciones machistas. Jasmine no es una mala chica, de hecho es generosa y bastante maja en general, pero nadie puede negar que hoy día sería amiga íntima de Carmen Lomana.

Pocahontas (1995)

<p>Pocahontas.</p>Basada en una figura histórica real, Pocahontas es la princesa india de Disney. Sabia, responsable y muy comprometida con la naturaleza, es la heroína de una de las narraciones más serias de la factoría (en gran medida por la ausencia de un final feliz al uso), lo que la hace poco accesible para los más pequeños. Aunque el personaje ha conseguido un gran reconocimiento con el tiempo, la película supuso un bajón de calidad en los largometrajes de la época. Los colores en el viento y las sonrisas de los linces triunfan en Doñana, pero en el cine de animación es otra historia... Además, la pobre princesa (Disney da título de realeza a la hija de cualquiera con un puesto de mando) se queda al final de su aventura compuesta y sin novio. Tanta madurez de poco le sirvió. Más le habría valido a Pocahontas sacrificar un poco de su fría seriedad, que echa para atrás a cualquiera que no se llame John Smith, y disfrutar más de los placeres que degustan otras princesitas Disney. Años después, James Cameron convirtió a Pocahontas y al resto de indios de la tribu en gatos azules gigantes, los rodeó de efectos 3D y consiguió una recaudación "muchimillonaria".

Mulán (1998)

<p>Mulán.</p>Sin duda alguna, Mulán es la más rompedora de todas las princesas Disney, es la princesa guerrera (con permiso de Xena). Desafía las leyes tradicionales chinas, rechaza el papel servicial de la mujer, desobedece a su padre (por el amor que le profesa) , se viste de hombre, lucha en el ejército... y se convierte por méritos propios en toda una heroína. La belleza no le preocupa, ella quiere ser alguien, sabe que vale tanto o más que un hombre (que debe serlo por su familia)... y lo demuestra. Arriesgándose a que la llamen marimacho o algo aún peor, Mulán se deja llevar por sus deseos de ser libre, libre para elegir su vida. Más desafiante que Ariel, más inteligente que Bella, más luchadora que Pocahontas y más impulsiva que Jasmine.... Ella era la última princesa Disney antes de la llegada de Tiana.

Otras chicas Disney

Muchos dirán que aún faltan muchas otras chicas Disney. Correcto, pero la compañía no las incluye en su franquicia de princesas. Entre las damas animadas que no hemos citado se encuentran personajes clásicos como Alicia, Campanilla o Wendy y otros más modernos como la valiente Jane, la gitana Esmeralda o la atrevida Megara de Hércules.

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