Morgan Freeman: "Sí he vivido el racismo"

  • Nelson Mandela quería que fuese él quien le interpretase en cine.
  • Hoy se estrena el filme 'Invictus', dirigida por Clint Eastwood.
  • "La primera vez que fui a un partido de fútbol fue en las Bermudas".
  • Lee la entrevista con John Carlin, periodista y autor de El factor humano, novela en la que se ha basado la película.
El actor Morgan Freeman, en Madrid.
El actor Morgan Freeman, en Madrid.
JORGE PARÍS
El actor Morgan Freeman, en Madrid.

Ya ha cumplido los 72, pero su atractivo y planta no tienen nada que envidiar a los de ninguna joven estrella de Hollywood. En persona, Morgan Freeman transmite las mismas virtudes que uno le presume a Mandela: clase, respetabilidad  y toneladas de encanto.

¿Cómo se encarna a alguien real sin caer en una mera imitación?

Ayuda mucho tener acceso a él. La clave es poder compartir intimidad: tenerles cerca, cogerles la mano y fijarte en pequeños detalles de su manera de ser.

¿Interpretar a Mandela era una obsesión para usted?

No diría tanto... Cuando le preguntaron a él quién sería su actor favorito para recrear su vida, dijo que Morgan Freeman, así que supongo que yo era la persona idónea.

¿Es un trabajo más, o una especie de homenaje?

Un trabajo más. Nunca me lo tomé como un tributo ni nada parecido. Eso sí, me resultaba muy estimulante hacerlo.

¿Cómo puede transmitirse ese carisma, esa capacidad de seducir a blancos y a negros?

No lo sé... ¿De verdad crees que lo consigo en la película? Es mi trabajo, ¡pero dime que sí lo he conseguido!

¿Cuáles de los valores que transmitió Mandela cree que tienen mayor vigencia?

En primer lugar, quiero destacar la universalidad de todos ellos. Mandela no hablaba para negros o blancos, sino para todo el mundo. Supo transmitir generosidad, compasión, tolerancia, capacidad de perdón. Fueron valores que le nacieron en la cárcel, que puso en práctica con sus propios carceleros. Son cosas que le convirtieron en admirable.

¿Hay similitudes entre Mandela y Obama?

No lo creo. Mandela heredó un país en guerra consigo mismo, con un grave conflicto civil. A cambio, la situación era estable económicamente, y su llegada al poder serviría para eliminar sanciones internacionales. Obama, en cambio, llegó en medio de una terrible crisis económica, pero la gente no estaba tan peleada. No había tantos disturbios raciales. La gente no estaba dispuesta a salir a la calle a darse machetazos unos a otros.

¿Ha sufrido usted racismo?

Por supuesto, mucho. Pero no emplearía el verbo sufrir: lo viví sin más, no sabía que había otra cosa. Nací en los años 30 en Memphis, y era lo que me tocaba. Pero viajando por EE UU me di cuenta que había lugares donde era más terrible, porque existía segregación.

Sudáfrica organiza ahora un mundial de fútbol. ¿Le gusta este deporte?

Sí, pero sólo juego al golf. La primera vez que fui a un partido de fútbol fue en las Bermudas, y me invitaron unos jamaicanos. ¿Sabes cómo les encontré en el estadio? ¡Dejándome guiar por mi nariz!

Acaba de publicarse en España una biografía sobre Clint Eastwood, en la que es acusado de ser un tirano. ¿Qué puede decir usted?

¡Que no debes creerte todo lo que leas! Clint no es un avaro ni un déspota ni nada por el estilo. Es cualquier cosa menos eso: es generoso, y sabe crear un ambiente de libertad idóneo para que cada uno dé lo mejor de sí mismo. Por eso he hecho tres películas con él: porque me lo paso muy bien. Si dicen eso, están sólo tirando basura.

BIO. Nació en 1937 en Memphis, EE UU. Ganó el Oscar en 2004 gracias a Million Dollar Baby, y ha sido candidato en otras tres ocasiones.

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