La Sala ha estimado parcialmente el recurso de la demandante, que reclamaba una indemnización de 693.430 euros al asociar la neumonía con un posterior infarto cerebral que le ocasionó un grado de invalidez del 93 por ciento.

La sentencia, contra la que cabe recurso de casación, considera que "no existe una relación causa efecto entre todas las secuelas subsiguientes al infarto cerebral y el brote de legionella, al tratarse aquellas de secuelas de índole vascular que no están clínicamente relacionadas con la neumonía por contagio de legionella".

En cualquier caso, a la vista de la "grave neumonía padecida", la Sala considera "justo" reconocer el derecho al cobro de una indemnización por los días de hospitalización y los daños morales sufridos por la afectada, una indemnización que se cifra en 13.754,73 euros.

La mujer, de 64 años, sufrió una infección por el brote de legionella que la obligó a ingresar el día 2 de junio de 2006 en el Servicio de Neumología del Hospital Virgen del Camino, aquejada de neumonía. La afección se agravó hasta obligar a su traslado al Servicio de Cuidados Intensivos. Durante el ingreso hospitalario, la afectada sufrió un infarto cerebral y actualmente padece una minusvalía del 93 por ciento.

La Sala de lo Contencioso Administrativo dice, tras analizar la documentación técnica y la declaración de los testigos, que tiene la "convicción de que la perjudicada fue una contagiada más entre otras muchas personas del brote epidémico que no conoció diferentes infecciones, por la cepa situada en la torre de refrigeración de la Hacienda foral".

La sentencia apunta que la empresa contratada para prestar el servicio de limpieza en las torres realizó una "adecuada" prestación de su servicio y cree que la reclamación afecta principalmente a la Administración foral.

Así, señala que "es evidente que la Administración foral ajustó su actuación a la legislación vigente, pero no es menos cierto que los acontecimientos no se produjeron ni por causa de fuerza mayor ni tampoco por causa del estado de la ciencia". "De hecho, en cuanto la Administración foral sustituyó las torres de refrigeración instalando un sistema diferente al que existía por otro que ya no empleaba el agua en su función, no volvió a producirse brote ni contagio alguno de carácter similar", añade.