Los circos con animales salvajes podrían tener los días contados en Valencia. Ése es al menos el propósito con el que parte una moción que ha presentado este jueves el PSOE valenciano, junto a la asociación en defensa de los animales AnimaNaturalis. La iniciativa será debatida por el pleno municipal, que se reunirá en la capital del Turia el próximo 29 de enero.

"Es una realidad evidente que los animales salvajes son maltratados en el circo", explica Juan Soto, concejal del grupo socialista, a 20minutos.es. En estos espectáculos los animales son sometidos "a entrenamientos con técnicas de castigo, a viajes largos y a aptitudes antinaturales, como saltar por un aro de fuego", sostiene Soto. Por ello, según considera, "hay que pasar la tradición por el tamiz de la razón, el civismo y la ética".

La moción se fundamenta además en "razones de tipo sanitario y en aspectos como el peligro de fuga que conllevan estos espectáculos, especialmente cuando se sitúan en el centro de grandes ciudades", según añade el concejal.

"Está demostrado que se les da un maltrato físico y psicológico constante", confirma Elisa Arteaga, responsable de AnimaNaturalis en Valencia. La coordinadora provincial de esta organización destaca que los animales que participan en estos circos pasan "el 95% de sus vidas en diminutas jaulas en condiciones de extremo cautiverio". "Hemos constatado que los tigres y leones viven en jaulas de 3x2 metros, y en algunos casos casi ni se puede dar la vuelta o andar más de dos pasos", informa Arteaga.

Esta asociación reclama un compromiso a los ayuntamientos para que pongan en marcha ordenanzas municipales para que sus municipios sean declarados libres de circos con animales. Un compromiso que, según se destaca desde AnimaNaturalis, ha sido secundada ya en 23 municipios de Cataluña, entre ellos las cuatro capitales catalanas: Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona, así como en diversas localidades de Baleares y Aragón. A nivel internacional, la utilización de animales en el circo ha sido prohibida en diversos estados de la India y Brasil, Austria, Suecia, Dinamarca, y partes de Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos.

Al margen de la ideología

La iniciativa será debatida en los próximos días por el pleno del Ayuntamiento de Valencia. Su resultado "debería estar al margen de consideraciones ideológicas, ya que es un tema de sensibilidad", matiza Juan Soto. No obstante, fuentes del Consistorio valenciano, donde el PP tiene mayoría, han recalcado que los circos que acuden a Valencia no han recibido ninguna denuncia por maltrato.

La moción ha pillado casi por sorpresa a los empresarios del circo, a pesar de los actos de protesta llevados a cabo en estos días. "La mayoría de los circos cuidan a sus animales", subraya Ringo Macaggi, director general del Circo Wonderland.

Este empresario, cuyo circo ha visitado recientemente la capital valenciana, se lamenta de que les "metan a todos en el mismo saco". "Hay circos que maltratan igual que hay políticos corruptos, no se puede generalizar", sostiene.

Macaggi insiste en la importancia de que exista un debate con los responsables de los circos. "Nos gustaría que nos dijeran exactamente qué hay de malo en el trato que les damos a nuestros animales", reclama, insistiendo en que toda propuesta será bien acogida. En este sentido, el responsable del Wonderland denuncia la falta de una legislación al respecto a nivel nacional. La regulación existente al respecto se basa en ordenanzas municipales, lo que impide la "existencia de unos requisitos y unas exigencias comunes en el conjunto del territorio español".

Y es que la posible prohibición de los circos con animales preocupa a estos empresarios, por las "repercusiones económicas y culturales" que ello tendría sobre su negocio. "La gente viene al circo a ver a los animales. Si los quitáramos, el público se reduciría drásticamente y son muchas las familias que viven del circo", indica Macaggi.

El ejemplo del Gran Fele

Pero… ¿podría tener éxito comercial un circo sin animales? Experiencias internacionales como la del Circo del Sol avalan una posible respuesta afirmativa a esta cuestión. Quizá uno de los ejemplos españoles más representativos sea el del Gran Fele, que lleva 17 años basando sus espectáculos en planteamientos teatrales y excluyendo a los animales de las actuaciones. Su labor fue reconocida en 2009 con el Premio Nacional de Circo.