Javier Cámara: "Si vas a trabajar al noventa por ciento, no lo hagas"

  • El actor vuelve a presentarse a ese "examen maravilloso", el teatro.
  • Protagonizará Realidad, una pieza de Tom Stoppard.
Javier Cámara
Javier Cámara
JORGE PARÍS
Javier Cámara

Tras seis años apartado de las tablas, Javier Cámara vuelve al teatro. Desde el próximo jueves y durante sólo seis semanas protagonizará Realidad, de Tom Stoppard, en el Teatro María Guerrero de Madrid, con María Pujalte y a las órdenes de Natalia Menéndez.

Se disculpa por un retraso de dos minutos: "Es que estoy en una escuela de Arte Dramático y estaba dando una clasecilla a actores jovencillos".

Usted es licenciado por la RESAD. ¿Cree que la formación es imprescindible?

No, pero a mí me vino muy bien. Me apetecía descubrir lo que era este universo, y a través del estudio se me hizo bastante interesante. Creo que me forjé mucho en la escuela de Arte Dramático. En mi caso fue muy necesario.

Dice que se ha implicado con Realidad en cuerpo y alma...

No lo sé hacer de otra forma. No quiero pecar de humilde ni de soberbio, pero creo que sólo hay una forma de hacerlo, que es hacerlo al cien por cien. Si lo vas a hacer al noventa, no lo hagas.

¿Aplica esa máxima a todo?

En mi trabajo profesional, sí.Luego, imagino que soy más relajado... Imagino (risas).

¿Con qué ánimo afronta la vuelta al teatro?

Con una excitación de principiante, de respeto, de ánimo. Con muchas ganas de ponerme a prueba, de saber dónde estoy, de saber cuál es mi estado de ánimo, si sigo estando preparado. El teatro es un examen maravilloso que hay que hacer de vez en cuando para saber dónde está uno y seguir preparándose.

¿Es verdad, entonces, que el buen actor se ve en el teatro?

En el teatro todo se amplifica, todo se ve, lo bueno y lo malo. Recuerdo a Carlos Hipólito y Adriana Ozores haciendo clásicos, que para mí eran lo más complicado, y ellos flotaban sobre el escenario. Yo cuando era estudiante quería ser como ellos. No sé en qué consiste ese secreto, pero yo quería hacer lo que hacían ellos. Yo quiero hacer lo que hace Blanca Portillo en un escenario, lo que hace Carmen Machi cuando hace La tortuga de Darwin, quiero acompañarlas en ese escenario, quiero ser partícipe de ese espectáculo. Quiero estar cerca de la gente de la que aprendo.

¿Cree, como Stoppard, que el amor mueve el mundo?

Totalmente. Si él ha dicho que el amor mueve el mundo, es que el amor mueve el mundo (risas). Sí. Mi sistema moral es lo que diga Tom Stoppard.

Él se plantea también si el arte es útil. ¿Por eso se protege el cine con subvenciones?

Todo tiene su subvención, una ayuda, todo. Si te pones a pensar, incluso los productos ecológicos. Todo el mundo lo necesita. Lo que pasa es que a veces les damos demasiada importancia a las cosas porque nos tocan a nosotros, como la Ley de Cine, y se saca un poco de madre.

¿Por qué?

Son cosas que estaban desorganizadas y hay que organizarlas. Yo no tengo mucha idea, la verdad, pero me imagino que es gente a la que respeto de uno y otro pensamientos que están intentado hacerlo lo mejor posible.

En una ocasión, Nathalie Poza se refirió a usted como el personaje masculino de ficción más sexy.

Qué le vamos a hacer, hay gente enferma. Pero adoro esa enfermedad. Adoro a Natalie.

¿Alguna vez ha sentido que su físico ha limitado su trabajo?

Todo te lo restringes tú mismo. ¡No te pongas barreras!; ¿para qué?

Si se tuviera que definir a sí mismo en pocas palabras...

Soy demasiado sencillo.

Hasta ahora se le ha resistido el Goya. ¿Le importa?

Me importan esas cinco nominaciones. Yo me siento muy reconocido por la profesión. Tengo un espacio precioso que cariñosamente me han donado ahí. Los premios son fantásticos, muy reconfortantes, cubren un poco una parte de ego muy bonita de cubrir. Pero no trabajo para tener premios.

Si alguien quisiera hacerle feliz en el ámbito profesional, ¿qué tendría que ofrecerle?

Nada. Mirarme a los ojos cuando digan acción.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento