Don Felipe, el hombre tranquilo

Sosegado, inteligente, amante de la salsa y los deportes. Hincha del Atlético de Madrid y un comercial de primera, como su padre, a la hora de vender los intereses de España. Así es Felipe de Borbón,

Mucho más Grecia que Borbón, el Príncipe Felipe, es, de todos los hijos de Don Juan Carlos y Doña Sofía el que más se parece a su madre. Tataranieto del Kaiser Guillermo II, con quien guarda un cierto parecido, el futuro Rey de España, a sus cuarenta años, es un hombre consciente de su cargo, poco lenguaraz y extraordinariamente prudente.

Los que le conocen dicen de él que tiene un punto de ternura sincero y afable. Es cálido y cercano, pero sin estridencias borbónicas. Su extraordinaria apostura física- mide 1,97 m- y su irresistible sonrisa, hacen de él lo más parecido que existe en Europa a un príncipe de cuento de hadas.

Felipe, el conquistador

No es de extrañar que muchas de las Grandes de España que soñaban con matrimoniar a sus hijas y sobrinas con el heredero pusieran el grito en el cielo ante el anuncio del compromiso del Príncipe con una Ortiz, Doña Letizia, de quien, indudablemente, se enamoró como un colegial.

Su coeficiente intelectual, 127, como su estatura, le sitúa por encima de lo normal. Y la preparación que ha recibido ha sido digna de un heredero. Tras estudiar en los colegios Santa Elena, Santa María de los Rosales y el Lockfield Collage de Toronto, (Canadá) comenzó su fomación militar en la Academia de Zaragoza.

De allí pasó a Marín (Pontevedra), al Buque Escuela Juan Sebastián Elcano y después a la Academia General del Aire de San Javier (Murcia). Licenciado en Derecho y Ciencias Económicas, hizo también un Máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown.

Don Felipe ha sabido luchar contra uno de sus defectos, la timidez, aunque, según se dice, con las mujeres nunca fue demasiado apocado. Tanto él como Kyril de Bulgaria, uno de sus mejores amigos, llevaban siempre la iniciativa con el sexo opuesto en sus salidas en pandilla por Mallorca cuando eran adolescentes.

Con el tiempo cambiaron sus técnicas para ligar. El príncipe se parapetaba tras sus amigos en sus salidas discotequeras y eran ellos los que abrían fuego para atraer a las chicas.

Todo un "comercial de Sabadell"

Esa cierta timidez, esa contención en las maneras, no le impide convertirse en un auténtico “comercial de Sabadell” (la frase es de José Antonio Martínez Soler, director general de 20minutos ) si los intereses de España lo requieren.

Martínez Soler recuerda que en un viaje a Seattle, coincidió con el Príncipe, quien iba cargado de maletines, en el mismo avión. Se ofreció a ayudarle y éste desechó la oferta “porque estoy mucho más fuerte que tú”. El Príncipe llevaba las pilas cargadas. Viajaba a Estados Unidos para presentar el Talgo. Los norteamericanos necesitaban un modelo de tren para que recorriera el corredor del Noroeste del país.

Recuerda Martínez Soler, entonces corresponsal en EE UU de TVE, la habilidad, retranca y desparparjo con la cual hablaba Don Felipe con agentes y empresarios. Se ganó el concurso y ahora hay Talgos que recorren Estados Unidos.

Sus aficiones

Le encanta bailar salsa y ha enseñado a Doña Letizia a desenvolverse en este ritmo latino. Es muy competitivo en los deportes, especialmente en la vela, y no es infrecuente que discuta y se pique con su padre y su hermana, la Infanta Cristina, acusándose unos a otros de haberse “marcado” o copiado las maniobras durante las regatas.

No ha heredado la pasión de su madre por la música, pero su esposa, la Princesa de Asturias ha acrecentado su interés por la lectura, una de sus aficiones. Lo suyo es el deporte. Buen esquiador, es también un aceptable jugador de squash, y sus colores futbolísticos son los del Atlético de Madrid.

El trago que pasó cuando tuvo que entregar en París la Copa de Europa al Real Madrid, confesado en velada confidencia a sus más íntimos, demuestra lo sacrificado que puede llegar a resultar ser Príncipe.

Más dura fue la renuncia que tuvo que hacer cuando rompió su noviazgo con Eva Sannum. Afortunadamente para él no tardó en encontrar a Letizia, a quien evitó el trance de ser sometida al juicio de la opinión pública.

Muy apegado a su madre y a sus hermanas, especialmente a Cristina, Don Felipe aspira a formar una familia numerosa. “Más de dos y menos de cinco”, fueron sus palabras cuando presentó oficialmente a Doña Letizia. Y en ello está.

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