Ana Obregón, la 'barbie' fantástica

  • Bióloga del corazón, guionista de la polémica y protagonista de leyendas urbanas. Así es Ana Obregón.
  • Se ha ganado a pico y pala un podio en el olimpo del papel cuché.

Ella copaba las planas mucho antes que Belén Esteban. Con diez añitos Ana Obregón ya debutaba en Hola (1965) junto a su hermana Amalia ejerciendo de modelo ante la entonces Princesa Sofía. Plana era precisamente entonces, mucho, "como una rana" –dice mi tocaya–, y muy acomplejada hasta que siguió el ejemplo de Bo Derek y se convirtió "en una tía buena" con un par de implantes que dieron origen a la leyenda urbana más extendida del planeta.

Asegura que sólo se ha operado los pechos, por hipocondriaca; que come de todo (su debilidad: los donuts, el chocolate y los cruasanes); que no es adicta al gimnasio; que enamoró a Alberto de Mónaco en el Baile de la Rosa, y que Miguel Bosé le dedicó su canción Ana. Sus alardes –de dudosa veracidad– le han otorgado el apelativo de Anita la fantástica; y ella asegura que su madre fue la primera en llamarla así.

Todo hay que decirlo, si no hubiera pruebas que lo demuestran, pocos creerían que Ana Victoria García Obregón, hija del dueño de una constructora y titulada en Biología, tuviera un hijo con el bisnieto de Alfonso XIII, que saltó a la fama como novia de Miguel Bosé (ella entonces tenía 20, él 19), que tuvo en sus brazos al mismísimo Hannibal Smith del Equipo A y que ha compartido cartel con la anteriormente mencionada Bo Derek, a los que se suman Ben Kingsley, Peter Cushing, Michael York y Andie MacDowell, así como Julio Iglesias, Héctor Alterio, Charo López, Cecilia Roth y muchos otros.

La reina de los pleitos

A pesar de sus muchos logros profesionales en cine y televisión, Ana interpreta su mejor papel en la vida real, todo un personaje que ha hecho las delicias del papel cuché. Sin duda, su relación más duradera, no exenta –como todo matrimonio– de sus altibajos. Soberana absoluta del posado playero, fue portada de Interviú y después la llevó a juicio por publicar que había encargado una paliza a Jaime Cantizano por haber emitido en su programa unas imágenes de su hijo Álex.

A la revista Sorpresa le sacó 30.000 euros por publicar su tórrido affaire con Miki Molina en el interior de un coche. Se enorgullece de haber ganado 22 pleitos y nunca les falta trabajo a su abogados, antes Teresa Bueyes, con quien salió tarifando, ahora Javier Saavedra y Marcos García Montes. Éstos, en cambio, no pudieron frenar la maquinaria letrada del conde de Salvatierra. Imparable como un tren de mercancías, no cesó hasta llevar a la Obregón a la mismísima antesala de la cárcel.

Ella, que diez años antes había asegurado en Crónicas marcianas que Cayetano Martínez de Irujo había ordenado meter droga en la maleta de Alessandro Lequio, tuvo que pedir perdón públicamente, confesando la "inveracidad" de sus palabras, que produjeron un grave perjuicio en "su honor". Todo, por defender al padre de su hijo.

Un hito en las leyendas urbanas

De su supuesta explosión de pecho a bordo de un avión, a Ana le entra la risa. "A mí lo único que me ha estallado en un avión ha sido el tímpano. Y lo pasé muy mal. Me tuvieron que operar rápidamente y quedó perfecto", aseguraba a El Mundo en una ocasión.

También podría haber sido una leyenda urbana su encontronazo con Victoria Beckham en un gimnasio de luxe en Madrid. "Zorra", "Barbie geriátrica" y "pedazo de mierda" fueron algunos de los calificativos que, según se dijo, dedicó la Spice pija a nuestra Anita, sospechosa de rondar a su marido, David Beckham. Eran los tiempos de Rebecca Loos, y no estaba el horno para bollos.

También roza la leyenda su participación como guionista en Ana y los siete. IMDB le atribuye la autoría de 18 episodios, pero el guionista José Luis Acosta, que escribió muchos otros, jura que "de las 90.000 páginas escritas en esa serie, Ana G. Obregón no ha escrito una sola línea".

Un roto sin descosido

Legendaria es también su lista de romances: a los reconocidos se le unen los atribuidos: Severiano Ballesteros, Rafi Camino, Carlos Moyá, Pedro Ruiz, Finito de Córdoba e Israel Nadal (Los Vivancos). Incluso Bin Laden y Dodi Al Fayed la acosaban, contaba ella, Jesús Mariñas dixit. Camino de sus 55, nunca ha pasado por el altar, y no hay visos de semejante acontecimiento. El hombre de su vida es Álex, su hijo. "Las mujeres independientes no acaban de gustar a los hombres", afirma. Y ella lo es.

Ana y los siete... amores

Conquistó al deseado Miguel Bosé , con sólo 20 añitos. "Fue el primer amor. Hacíamos manitas en el Retiro", recuerda. El gran amor de su vida es el jugador de baloncesto Fernando Martín, por quien (según ella) renunció a una carrera artística en EE UU. Todavía le duele su muerte, pero se repuso en manos del Conde Lequio cuando éste se encontraba aún casado con Antonia Dell’Atte. Le dio a su único hijo, Álex, aunque no le perdonó sus infidelidades y rompieron cuando el pequeño tenía dos años. Con el empresario madrileño Jorge Juste mantuvo una relación breve que acabó en 1995. Le siguieron cuatro años con el yugoslavo Davor Šuker. No quiso seguirle a Inglaterra cuando abandonó el Real Madrid. Su revolcón en el coche con Miki Molina fue sonado. De Darek reniega, pero nadie olvida cómo presumía de novio.

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