El mejor impresionismo del Museo de Orsay cambia París por Madrid

  • Una exposición inédita en España reúne algunas de las más grandes obras del movimiento impresionista francés.
  • Se trata de piezas de Manet, Degas, Monet, Renoir... que pertenecen al Museo de Orsay y que ahora se podrán ver en Madrid.
  • FOTOGALERÍA: Lo mejor de Impresionismo francés, sin salir de casa.
Una de las piezas de la muestra, Arreglo en gris y negro n.º 1, de James Whistler.
Una de las piezas de la muestra, Arreglo en gris y negro n.º 1, de James Whistler.
MUSEO DE ORSAY
Una de las piezas de la muestra, Arreglo en gris y negro n.º 1, de James Whistler.

Conocer de primera mano la historia del impresionismo francés sin viajar al extranjero será posible, por primera vez en España, a partir de este viernes. Las grandes obras maestras del movimiento artístico más importante de la época contemporánea se trasladan del parisino Museo de Orsay a la Fundación Mapfre de Madrid (paseo de Recoletos, 23), donde se exhibirán hasta el 22 de abril en la exposición Impresionismo. Un nuevo Renacimiento.

Este movimiento, en efecto, marcó un punto de inflexión en la manera de entender el arte, y lo hizo en un tiempo convulso. Alcanzó su máximo esplendor en torno a 1870, cuando Francia estaba envuelta en la guerra contra Prusia.

Uno de los artistas que tuvieron que incorporarse a filas durante la contienda fue Édouard Manet (1832-1883). Él nunca participó del impresionismo como corriente y se mantuvo al margen de las exposiciones colectivas que organizaron sus coetáneos. Con todo, se convirtió en una referencia para ellos y fue el gran animador del grupo.

Por eso su figura sirve como hilo conductor a la muestra. En ella ocupa un lugar destacado una de sus obras más representativas, El pífano, en la que queda resumida la complejidad artística de Manet. Al tiempo que se aproximaba a la modernidad, tenía la tradición como referente; el realismo del español Velázquez, por ejemplo, le servía para justificar su apego por lo que existe.

Con él arranca el repaso a la historia del impresionismo. Y con sus creaciones de corte político, como Retrato de Georges Clemenceau, y la más mundana, La mujer de los abanicos, se cierra. Entre medias, decenas de pinturas que contemplar.

También se muestran...

Paul Cézanne: Su sentido constructivo se pone de especial manifiesto en sus bodegones y en sus últimas obras, tales como Puente de Maincy y El Golfo de Marsella desde L’Estaque.

Edgar Degas: Representa la renovación del clasicismo. Su estética fragmentaria, eso sí, le permite crear la ilusión de representar instantes de la vida moderna. Se exhiben lienzos como La clase de danza.

Claude Monet: Su virtuosismo se manifiesta en obras como La estación Saint Lazare o El Sena en Vétheuil.

Berthe Morisot: Su obra La cuna participó en la primera exposición impresionista de 1874. Con ella se ejemplifica el lugar que empezaban a ocupar las mujeres artistas.

Camille Pissarro: Alcanzó una gran complicidad con Cézanne y con él se adentró en la corriente impresionista. Los tejados rojos, por ejemplo, muestra una composición muy similar a la de La casa del ahorcado de Cézanne.

Pierre Auguste Renoir: Como Monet, plasmó su perfección técnica pintando el Sena. Frente a la fuerza de éste, sin embargo, aparece más delicado y sensual. Las irisaciones de su paleta veneciana se aprecian en piezas como El columpio.

Alfred Sisley: En La nieve en Louveciennes se aprecia su gran rigor compositivo.

James Whistler: En el retrato de su madre Arreglo en gris y negro n.º 1 se puede apreciar, como en Manet, la influencia de Velázquez.

El legado

El recorrido temporal por la historia del arte contemporáneo se ampliará a finales de febrero. El día 23 abrirá sus puertas en el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid de la capital Monet y la abstracción, que incidirá en la influencia que el pintor impresionista ejerció sobre la generación de pintores abstractos americanos y europeos de la segunda mitad del siglo XX.

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