El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se ha reincorporado este lunes a su actividad después del largo periodo de recuperación que ha pasado en su residencia privada de Arcore, cerca de Milán, como consecuencia de la agresión que sufrió hace casi un mes.

La agresión de que fue víctima el pasado 13 de diciembre cuando un desequilibrado mental le lanzó una catedral en miniatura en plena cara, le provocó una fractura en la nariz y heridas en el labio y en la encía. La semana pasada, el premier apareció por primera vez en público en la Costa Azul francesa, donde estaba transcurriendo unos días de vacaciones junto a su primogénita.

"Los souvenirs han perdido el valor y te los tiran a la cabeza", ha bromeado Berlusconi ante la prensa poco antes de reincorporarse al trabajo. Berlusconi mostró el rostro a los periodistas y a los jóvenes de su partido Pueblo de la Libertad (PDL) y comentó: "¿Habéis visto que tengo poquísimas señales?. Desgraciadamente tengo que hacerme el implante de un diente".

"Pero habéis visto -añadió-, tengo una pequeña señal solo aquí, una aquí, pero tengo los músculos muy fuertes", dijo a los jóvenes que le desearon un feliz Año Nuevo y enarbolaban las banderas del PDL.

Una agenda completa

Entre las ocupaciones de la jornada de este lunes , figura una reunión con la plana mayor de su partido para afrontar el tema de la reforma de la Justicia, que será el principal objetivo de su Gobierno en los próximos meses. Tras el rechazo por parte del Tribunal Constitucional de la ley que lo protegía de la Justicia, Berlusconi sigue buscando el modo de evitar los dos procesos que tiene pendientes.

De hecho, a partir de este lunes se reanudará la discusión en el Senado del llamado 'proceso breve', una medida que acorta los plazos de prescripción de los juicios y que acabaría beneficiando claramente a Berlusconi. Además, el Ejecutivo intentará llegar a un acuerdo con la oposición para aprobar un proyecto de ley que aplicaría la inmunidad a todos los parlamentarios. Asimismo, en la agenda de Berlusconi figura un encuentro con el jefe del Estado, Giorgio Napolitano, en el Palacio del Quirinale, la sede de la presidencia de la República italiana.