Una tumba descubierta en Jerusalén pone en duda la autenticidad de la Sábana Santa

  • Se trata además del caso más antiguo de lepra: data del siglo I.
  • Los análisis diferen mucho de la famosa Sábana Santa de Turín.
  • El nicho fue sellado ya que el hombre padecía también tuberculosis.
La Sábana Santa de Turín es una tela de lino que podría haber cubierto el cuerpo de Jesús de Nazaret.
La Sábana Santa de Turín es una tela de lino que podría haber cubierto el cuerpo de Jesús de Nazaret.
Archivo
La Sábana Santa de Turín es una tela de lino que podría haber cubierto el cuerpo de Jesús de Nazaret.

Investigadores de diferentes universidades de todo el mundo han descubierto el primer sudario de la época de Jesús en Jerusalén, pero éste difiere mucho de la famosa Sabana Santa de Turín, lo que ha llevado a los autores del estudio a afirmar que esta última no data de aquellos años.

El análisis genético de un cadáver embalsamado hallado junto a la ciudad vieja de Jerusalén ha revelado además que se trata del caso más antiguo probado de lepra, registrado en el siglo I, según informó este miércoles la Universidad Hebrea de Israel. El cuerpo estaba en una tumba del cementerio conocido como Akeldama ("campo de sangre", en arameo), cerca de donde la tradición sitúa el suicidio de Judas Iscariote tras traicionar a Jesús.

Los científicos, procedentes de las universidades Hebrea de Jerusalén, Lakehead de Canadá, New Haven de EEUU y University College de Londres, creen que el cadáver corresponde a un sacerdote o miembro de la aristocracia porque estaba enterrado junto al de Annas, un sumo sacerdote pariente de Caifás. El cadáver no recibió una segundo sepultura, como era costumbre en la época, cuando un año después de la muerte se quitaban los huesos al cuerpo y se metían en un osario.

El profesor Mark Spigelman, de la Universidad Hebrea, explica esta anomalía en que el hombre padecía lepra y tuberculosis, dos enfermedades halladas en el ADN de sus huesos y que aparentemente motivaron además que el acceso al nicho fuese sellado con argamasa.

La lepra, como el resto de enfermedades que desfiguran, ha sido históricamente sinónimo de ostracismo en el seno de la comunidad, pero los investigadores creen que en este caso el hombre tenía una notable vida social en Jerusalén, dada la ubicación de su tumba, el tipo de telas empleadas para embalsamarlo y la limpieza de su pelo. El estudio aparecerá este miércoles en la publicación científica en internet PloS ONE Journal.

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