Los buceadores del Aquarium del Zoo de Madrid colocaron este viernes el belén navideño, compuesto de nueve figuras y una lluvia de estrellas, rodeados de 12 escualos, dos de ellos tiburones toro de unos 180 kilos y otros animales marinos.

Después de 40 minutos de trabajo y algún problema con la instalación del ángel en el decorado, los acuaristas se mostraban contentos con su labor. "Yo creo que un diez, lo hemos hecho muy bien", contestaba Sandra minutos después de salir del agua sobre la nota que le ponían a la instalación del belén.

Aunque ya es su segundo año, confesó que "hay que tener mucho cuidado", a la vez que subrayó que "el miedo hay que dejarlo fuera y hay que actuar con templanza". De hecho, los buceadores del equipo son considerados como novatos hasta que no superan este "bautizo de fuego".

Mover las piezas, "complicado"

Para evitar el peligro, los dos buceadores que instalan las figuras en el interior del acuario cuentan con la ayuda de dos compañeros acuaristas que tienen "una visión un poco más amplia" y que se sirven de un instrumento para avisarles en caso de que, por ejemplo, se interpongan en la trayectoria de algún tiburón.

Sin embargo, para Sandra, la mayor dificultad es "llevar las piezas", puesto que flotan, son planas y tienen una superficie considerable. "Moverlas dentro del agua es un poco complicado", explicó.

En 1995, cuando comenzó esta particular tradición, tan sólo estaba la figura de San José, la Virgen María y el niño Jesús. Ahora, ya son nueve las figuras, además de una lluvia de estrellas, las que acompañan a los animales del tanque que, eso sí, aunque ajenos a cualquier festividad navideña, notan su presencia.