El subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Jan Egeland, expresó hoy su "frustración" por la escasa respuesta internacional que han tenido sus peticiones de fondos en favor de los damnificados del terremoto de Pakistán y de los huracanes que están asolando Centroamérica.

"Por favor, donantes, medios de comunicación de todo el mundo, ayúdennos a afrontar estas situaciones de urgencia", pidió Egeland, quien alertó de que la llegada del invierno en Pakistán o del huracán Wilma en Centroamérica pueden acabar con la vida de miles de personas más.

Egeland, que ha iniciado una gira por todo el mundo en busca de financiación con la que atender a los miles de paquistaníes y centroamericanos que se han quedado sin hogar, subrayó que la comunidad internacional está "ante una emergencia como ninguna otra".

Peor que Katrina

En el caso de Centroamérica, Egeland señaló que la región "vive la peor temporada de huracanes desde hace muchos años" y subrayó que tras el paso del Stan, la llegada de Wilma "puede ser monstruosa, y mucho peor que el 'Katrina'", que destruyó varios estados del sur de EEUU.

A los Gobiernos de América Latina les pidió que "hagan más" y "ayuden con urgencia" a Guatemala y El Salvador, los dos países de la región que han sufrido los peores daños del huracán Stan.

"Lati- noamérica está entre los que pueden ayudar más, pero el resto del mundo también tiene que hacerlo", afirmó Egeland durante una conferencia de prensa en Ginebra, en la que subrayó que la ONU sólo ha recibido 10 de los 33 millones de dólares solicitados para ayudar a Centroamérica.

Respecto a la situación en Pakistán, que calificó de "terrible", el responsable de la ONU para los asuntos humanitarios apeló a que "ayuden más" a ese país, instituciones como la OTAN, pero también otras naciones como China, Japón y los países del Golfo Pérsico.

Los países de la Alianza Atlántica han iniciado su cooperación con el sistema de agencias de la ONU prestando sus aviones y helicópteros para trasladar ayuda a las provincias paquistaníes en las que el terremoto registrado el pasado día ocho fue más mortífero.

"Nosotros somos civiles humanitarios que no sabemos cómo evacuar a la gente del Himalaya, pero la mayor organización militar del mundo tiene que saber cómo hacerlo", afirmó Egeland, que precisó que para las operaciones de rescate "se necesitan más helicópteros y comandos que busquen a las personas", además de medicinas y cirujanos para atender a muchos miles de amputados.

"Ha habido más de 40.000 muertos en Pakistán por el terremoto, pero puede haber dos veces más muertes si en los próximos días no les ayudamos con urgencia", alertó, al tiempo que pidió más compromisos de países vecinos como China y las naciones árabes, que hasta ahora han contribuido con donaciones bilaterales.

Aunque Naciones Unidas pidió inicialmente 272 millones de dólares para ayudar a Pakistán, Egeland informó hoy de que han revisado al alza su petición de fondos y que ahora se necesitan 312 millones de dólares.

"Apenas hemos recibido compromisos sobre la cuarta parte de las necesidades", dijo el responsable de la ONU y añadió: "lo que necesitamos es para ayer y no para dentro de una semana". Cifró las necesidades inmediatas en 350.000 tiendas de campaña de invierno, pues de la petición inicial de 200.000, el mismo día del terremoto, sólo se han distribuido 30.000, además de helicópteros, antibióticos, medicinas, alimentos y personal sanitario. Egeland admitió que tenía "un tremendo sentido de frustración. No hay nada que produzca más desesperación que ver a los trabajadores humanitarios en medio de tanta miseria".

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