¿Qué tienen los juegos de mesa que resisten el paso del tiempo con tanta entereza? La palabra entretenimiento parece la más socorrida, pero no la única, también imaginación, ingenio, comunicación, destreza, rapidez, tensión, alegría... Desde hace generaciones, estos siempre han estado ahí, bien en el centro de una familia rodeada en torno a un tablero una tarde de fin de semana, o entre amigos en un parque, o en pareja... Y raro es el hogar que no esconde en un armario varios juegos de mesa.

¿Cuál es el más divertido? ¿El mejor de todos? Es difícil establecer un ganador, aunque si se puede hacer una selección de aquellos que a día de hoy, puedan satisfacer a un público más amplio.

Desde J de Juegos aconsejan un listado que reúne un poco de todo: desde el juego más antiguo del mundo, hasta uno editado este año y que acaba de ser elegido Juego del Año 2009, pasando por clásicos reinventados (como el ajedrez de 3 jugadores), juegos dinámicos de grupos grandes, juegos estratégicos para dos personas, de estética moderna y hechos en madera... una selección de aquellos que son especiales por una razón u otra y que, al que se atreva a descubrirlos, seguro que no decepcionan.

Jungle Speed: diversión a un ritmo trepidante. Un tótem de madera en el centro de la mesa y 80 cartas, con formas y colores, distribuidas entre todos los jugadores. Levántalas rápidamente y si hay coincidencias con las de los demás, debes ser el más rápido en coger el tótem para librarte de tus cartas. Gana el primer jugador que se queda sin cartas pero, cuidado, los errores penalizan.

Ajedrez de tres jugadores: un clásico reinventado. Este ajedrez está específicamente pensado para tres jugadores, cada jugador tiene un conjunto de piezas idénticas a las del juego clásico pero se juega en un tablero hexagonal, de 96 casillas. Las reglas son similares a las del ajedrez original pero tienen excepciones y peculiaridades, como el movimiento de los peones que, en determinados casos, puede ser lateral. Algo distinto para las personas a las que les gusta lo de siempre.

Blokus: la sencillez de sus normas, combinada con un alto nivel de estrategia espacial, hacen del Blokus un juego verdaderamente adictivo y uno de los juegos más galardonados del siglo. Los jugadores tratan de colocar sus piezas geométricas dentro del tablero, bloqueando a los oponentes y aprovechando los huecos libres. Para ello, deben cumplir unas reglas de colocación que se interpretan fácilmente pero que, al mismo tiempo, dan mucho juego. Gana quién más fichas coloque en el tablero.

Real Juego de Ur: Considerado el juego más antiguo del mundo, el Real Juego de Ur tiene más de 4500 años de antigüedad. Localizado en una tumba sumeria, no tenía función meramente decorativa, sino la de acompañamiento al difunto para amenizarle su otra vida. Como la mayoría de juegos milenarios, se trata de un juego de recorrido, con dados triangulares, en el que los jugadores recorren el tablero en sentidos contrarios y, en determinadas circunstancias, eliminan fichas. Réplica exacta del original que se conserva en el museo británico.

Carcassonne: es uno de los juegos actuales más importantes, con múltiples versiones y ampliaciones. Ha sido galardonado con varios premios internacionales, entre otros, el más importante premio europeo, el alemán Spiel des Jahres 2001. En definitiva, se trata de un juego moderno pero con historia. Lo más hermoso es que carece de tablero, éste lo van formando los jugadores a medida que ponen losetas, por lo que todas las partidas son diferentes. Las losetas, con bonitas ilustraciones medievales (ciudades amuralladas, claustros, praderas…), se colocan cumpliendo unas reglas de continuidad y forman zonas que, los jugadores, pueden conquistar. Pero esas conquistas son limitadas y hay que jugar estratégicamente para conseguir la mayor cantidad de puntos posible. Se trata de un juego familiar, ideal para iniciarse en los juegos de estrategia.

Rummy: excelente juego de mesa, surgido del ingenio popular, cuando en Rumania se prohibieron los juegos de cartas y alguien tuvo la brillante idea de convertir los naipes en fichas. Compuesto por fichas con números y colores, los jugadores tratan de combinar tríos y escaleras para bajarlos a la mesa. La genialidad del Rummy radica en que las fichas de las mesa están a disposición de todos, que pueden recolocarlas y combinarlas como mejor les venga, para deshacerse de más fichas de la mano. Un proceso que requiere concentración y obliga a usar la cabeza.

Abalone: reflexión pura, sin azar. Reglas sencillísimas que se aprenden en cinco minutos. Un juegazo con múltiples posibilidades estratégicas que requiere varias partidas para dominarlo en profundidad. En resumen, el perfecto equilibrio entre sencillez y complejidad, lo que le lleva a ser número uno de ventas en muchos países y a acumular premios por todo el mundo. Objetivo: expulsar 6 fichas adversarias fuera del tablero. Tipo de movimientos: desplazando de 1 a 3 fichas propias, en bloque, pudiendo empujar las del contrario siempre que se esté en superioridad numérica. Resultado: diversión asegurada.

Mancala: originario de África, donde tiene múltiples nombres y variaciones, simboliza la siembra de la cosecha. Los nómadas lo extendieron por todo el territorio, improvisando el tablero, que excavaban directamente en el suelo. Cada jugador es propietario de medio tablero y las fichas, semillas, son comunes a ambos jugadores, pertenecen a uno u otro según dónde se encuentren. Consiste en desplazar y repartir las semillas por el tablero, de manera que, calculando la mejor jugada, se puedan comer piezas en los huecos del contrario. Quien consiga más semillas, gana el juego.

Los Colonos de Catán: conquistar la isla de Catán y expandir la civilización no es fácil cuando los recursos son escasos. Sólo el jugador que mejor negocie y aproveche sus materiales podrá conseguir los 10 puntos que dan la victoria y convertirse en el verdadero colono de Catán. El juego que ha marcado una nueva era en el mundo de los juegos de mesa. Una puerta de entrada para millones de personas a los juegos no comerciales. Sus mecanismos sutiles, combinados con un azar limitado, hacen que la negociación e interacción entre los jugadores sea el elemento estrella. Reglas sencillas y fácilmente asumibles que, al tiempo, permiten desarrollar múltiples estrategias, lo convierte en un juego emocionante, multipremiado, imprescindible.

Carrom: uno de los juegos favoritos de la India, Birmania y Yemen. Este billar de mesa se remonta a tiempos ancestrales. Cada jugador posee un grupo de fichas de un color que debe encestar en las troneras que hay en las esquinas del tablero. Las fichas se golpean con otra pieza más grande, que los jugadores disparan por el tablero mediante papirotazos (tobas) tratando de apuntar a sus propias piezas para que éstas se deslicen por el tablero. Rápido, dinámico y preciso.

Dixit: El juego más divertido y original del año. No en vano ha sido galardonado, en 2009, con el prestigioso As de Oros francés y con el prometedor Jda (juego del Año) español. Se trata de un juego que apela a la imaginación, a la perspicacia. Compuesto por cartas de gran formato, con ilustraciones espectaculares, convierte a los jugadores en Cuentacuentos que deben hacer adivinar a los demás la carta seleccionada usando sólo una palabra, una frase enigmática, algo que haga referencia de forma sutil a la carta correcta. El resto tienen que averiguar de qué carta se trata, entre un grupo de varias que despistan. Dixit tiene algo mágico, misterioso, invita a hablar y, por eso, es el juego perfecto para la familia, para un grupo de amigos, para regalarlo.