Cannes 2016 - Día 1: Un café dulce y amargo con Woody Allen

Primera jornada en el Festival. Brillante cine rumano y cita con Allen.
Cannes 2016 - Día 1: Un café dulce y amargo con Woody Allen
Cannes 2016 - Día 1: Un café dulce y amargo con Woody Allen
Cannes 2016 - Día 1: Un café dulce y amargo con Woody Allen

¿De qué se habla en Cannes hoy?

De Woody Allen. Para bien y para mal. El director neoyorquino inauguraba el Festival de Cannes por tercera vez con Café Society (y ha estado presente otras nueve veces), su película número 47. Fue el primer pase y la prensa la recibió con aplausos, aunque antes y después de la proyección se formaban corrillos entre los periodistas no tanto para hablar del filme, como para comentar la columna que su hijo, Roman Farrow, había publicado en The Hollywood Reporter: My father, Woody Allen, and the danger of questions unasked (Mi padre, Woody Allen, y el peligro de las preguntas que no se hacen). Como bien anunciaba el título, además de hacer un resumen de las acusaciones de su hermana Dylan contra su padre por abuso sexual, exigía a los periodistas que no evitáramos preguntarle sobre el tema. En la rueda de prensa no lo hicieron, pero en la gala de inauguración, el maestro de ceremonias Laurent Lafitte, despachó el tema con un chiste muy claro: “Está muy bien que esté rodando tantas palículas en Europa, aunque no esté siendo condenado por violaciones en EE UU”.

De violaciones tomadas a la ligera también se hablaban en los corrillos del mercado. La industria vio ya hoy una de las películas más esperadas del Festival, Elle, de Paul Verhoeven (que la prensa no veremos hasta el último día), y no se oía nada bueno.

Entre Woody y cafés, al menos nos hemos olvidado un poco de las amenazas terroristas y la temida seguridad que iba a suponer y entorpecer nuestra ya torpe vida aquí. Ese fue el tema de conversación principal durante el día cero. Un barco militar vigila La Croisette desde el mar, pero una vez abrieron las puertas del Palais, comprobamos que los controles no eran más exhaustivos que en años anteriores.

¿Qué hemos visto?

Café Society, de Woody Allen. La película de inauguración del Festival, fuera de competición, como Allen quiere porque “competir por razones artísticas” está en contra de su “sentido común”. Una de los filmes más románticos del director neoyorquino. Fácil y bonita de ver. Una delicia para arrancar este Cannes 2016. Una mirada nostálgica al Hollywood dorado, pero también a un Nueva York de gángsters y clubs exclusivos. Jesse Eisenberg habla y anda como un joven Woody Allen (aunque ambos nieguen la relación). Un hombre entre dos Verónicas: Kristen Stewart y Blake Liveky.

Pero, además, a Woody Allen le da tiempo a hablar de familia, de religión y de mortalidad. Sus temas favoritos. Los que le siguen obsesionando, incluso aún más, según va cumpliendo años.

cafe society

Sieranevada, de Cristi Puiu. Primera película de tres horas a la que nos enfrentábamos aterrados. Y fueron duras, pero agradecidas. El director rumano coloca la cámara en el interior de un pequeño piso en el que una familia celebra un ritual fúnebre ortodoxo al padre. Se han reunido para comer, pero no se podrá comer hasta que el rito acabe, hay que esperar a que llegue el cura tardío y bendiga la casa y un traje que recuerda al difunto y después tendrá que ponerse uno de los sobrinos. Mientras, hermanos, primos, tías y agregados hablan de política, historia, de ellos. Lloran, ríen, gritan, fuman y beben, pero no comen. Recuerdan y debaten el 11-S o su pasado familiar. Tres horas de película tan difíciles de ver, como deliciosas.

¿Qué te has perdido?

Nada. Ja. Hoy sólo había dos pases de prensa y dio tiempo a todo. Mañana ya será otro cantar. Aunque en esta nueva vida en rosa de la que gozo en el Festival, todo será mucho más fácil. He subido de casta y las colas se han reducido drásticamente.

¿Qué has comido?

Una galleta de chocolate a mediodía. Con doble de chocolate. Doble de calorías, porque, como preveía, no volví a probar bocado hasta que acabaron las tres horas de cine rumano. Después de ese festín cinéfilo, como ellos, yo conseguí comer algo más: un wok vegetariano con bien de soja.

¿Con quién has hablado?

Con Mr. Allen, Woody Allen. Sobre “la fealdad de la existencia humana”. Su nostalgia por un Hollywood que ni conoció. Y su pesimismo inconsolable. Un gusto, como siempre.

¿Qué esperas de la jornada de mañana?

Día completo de entrevistas: de nuevo Woody Allen, y, además, todos sus actores, Kristen Stewart, Blake Lively, Jesse Eisenberg y Corey Stoll. Entre ellos y ellas, un ratito con Vanessa Redgrave y James Ivory porque vienen con una copia restaurada Regreso a Howards End. Y, en ese encaje de bolillos, ver Money Monster, fuera de competición, de Jodie Foster. Y I, Daniel Blake, Ken Loach y Paul Laverty. Con suerte, llego a la inauguración de Un certain regard, Eshtebak, de Mohamed Diab.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento