Sun Qiqi, de 24 años de edad, fue detenida acusada de pinchar con una jeringuilla a más de 20 niños, de 3 a 4 años, que estaban a su cargo en la guardería en la que trabajaba, en Jianshui, Yunnan, al suroeste de China.

La profesora, y supuesta agresora, se ha justificado diciendo que lo hacía para disciplinar a los pequeños.

Varios padres presentaron la denuncia después de descubrir los pinchazos en los cuerpos de sus hijos. Zhou Limei, una de las madres, contó que su hija de cuatro años había llegado a casa con marcas de pinchazos a lo largo de la última semana.

Uno de los pequeños presentaba ocho heridas que le habría causado su profesora a modo de castigo por no querer dormir a la hora de la siesta.

Lo primero que se investigó fue que la jeringuilla usada por la profesora, de 24 años de edad, no contuviera ninguna sustancia dañina, y lo que era todavía más grave: que los niños no hubiesen sido contagiados con el VIH. Las pruebas afortunadamente resultaron negativas.

Algunos padres, a pesar de ello, reclaman su derecho a percibir algún tipo de compensación por parte del Gobierno.

Sun Qiqi habría reconocido los hechos, según algunos medios, y se habría justificado asegurando que lo hacía para "amansarlos", ya que se encontraba abrumada ante el hecho de tener bajo su control a 37 niños de 3 a 4 años de edad.

La directora del centro asegura que no sabía nada de los métodos utilizados por esta profesora, y que siempre había creído que era una "buena persona".