Pasqual Maragall asume que el nuevo Estatut puede tener errores y que "en algún caso tendremos que aceptar" cambios en las Cortes.

El presidente de la Generalitat intervino ayer en la sesión de control de la cámara catalana tras reunirse ayer en la Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el que coincidió en la necesidad de que haya "pacto, pacto, pacto" para sacar adelante el Estatut en el Congreso.

Tras invitar a los presidentes regionales a explicar sus reformas estatutarias y escuchar, a su vez, las "razones de la propuesta" del Estatut, y en una sesión de gran cordialidad parlamentaria tras la aprobación del nuevo texto el pasado viernes en el Parlament, Maragall ha dejado claro que "habrá razones que tendremos que escuchar y que, en algún caso, tendremos que aceptar".

"Nos podemos haber equivocado, con toda probabilidad", ha admitido. Ha augurado que en el proceso del nuevo texto en las Cortes "habrá exageraciones, gritos, pero también argumentos que los tendremos que escuchar, entender y combatir si hace falta, y si no los podemos combatir y vencer, los tendremos que admitir".

Maragall quiso centrar su discurso en la necesidad de "convencer a España" y aseguró que "me gustaría que todos los presidentes de todas las comunidades autónomas viniesen a Cataluña y se explicasen respecto del proyecto de su estatuto de autonomía, y que escuchasen nuestras razones respecto del nuestro".

"Ahora Cataluña propone, y lo hace con sus mejores representantes. Confío en Manuela de Madre (PSC), Artur Mas (CiU) y Josep Lluís Carod-Rovira (ERC), que nos representarán de una manera enormemente eficaz en el Parlamento español", remarcó en referencia a la terna que la cámara ha elegido hoy para defender en el Congreso la toma en consideración de la propuesta de Estatut.

En un momento en que el PSC ha hablado de hacer "cesiones" en Madrid y tras la entrevista de ayer con Zapatero, el presidente de la Generalitat también dijo que se deberán hacer cambios ante posibles errores, pero ha rechazado una actitud en Madrid de "resignación" e, incluso, aseguró que el nuevo Estatut está "blindado por su contenido y por el procedimiento", al contar con la "legitimidad democrática" de 120 de los 135 diputados del Parlament.

Maragall reconoció el difícil papel que tendrá Rodríguez Zapatero durante este proceso, ya que "estamos poniendo al Estado español y a su presidente en la tarea de explicar a España lo que en muchos años no ha acabado de entender".

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