Los niños van a clase en Bilbobus de la mano de monitores

  • El educador les recoge en casa y les lleva al colegio.
  • Es un plan para que los niños se desenvuelvan en el transporte público.
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Escolares subiendo a un autobús.
Escolares subiendo a un autobús.
20MINUTOS.ES
Escolares subiendo a un autobús.

El monitor toca el timbre por la mañana a la hora convenida. El niño baja con su mochila, y van a la parada de Bilbobus. En el trayecto, el educador le explica al crío la línea que debe coger, el funcionamiento del creditrans, las precauciones a observar... Después llegan al colegio, y el monitor deja al escolar en la puerta del centro. Cuando terminen las clases, irá a recogerle y recorrerán el camino inverso.

Es el programa puesto en marcha esta semana por el Ayuntamiento de Bilbao. Este servicio ofrece a las familias un monitor que acompañe a su hijo en Bilbobus al colegio. Se trata de enseñar a los críos de quinto y sexto de Primaria (entre 10 y 12 años) a desenvolverse con los autobuses públicos. Tras una fase de acompañamiento, el objetivo es que los chavales vayan por sí solos.

De momento, el programa está en fase piloto. Ha comenzado en el colegio público Basurto y durará dos semanas. Están participando diez escolares de barrios como Sarriko, La Peña o Deusto. Cuando pasen varios meses, el Ayuntamiento llamará a las familias para preguntar si los pequeños siguen usando el Bilbobus para ir a clase cada día.

Los responsables de este programa esperan que los chavales se convenzan de las virtudes del Bilbobus. A la postre, confía en que estos críos vayan en transporte público a trabajar cuando sean adultos.

Si el programa da buenos resultados, se extenderá a otros centros escolares.

«A la vuelta ya se lo sabía»

Luis Ortiz comenzó a acompañar a un niño a clase desde el pasado martes. Hacen la ruta desde Zorrozaurre hasta el colegio Basurto. Y «es sorprendente qué rápido aprende. Le expliqué todo por la mañana y, cuando volvía por la tarde ya se sabía todo. Me decía ‘mira, aquí hay que parar, que hemos llegado’», explica Luis.

El monitor tiene 26 años y posee una dilatada experiencia en esta profesión. El pasado martes estuvo un rato hablando con los padres del crío para tranquilizarles, y que vieran todo estaba bien. «Y bueno, no sólo le enseño a ir a clase. También ha aprendido a ir al campo de fútbol donde entrena».

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