Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una red dedicada a la introducción de varios tipos de estupefaciente en el País Vasco. La operación ha permitido detener a 25 personas e incautar más de 24 kilogramos de speed, y diferentes cantidades de cocaína, marihuana y hachís. Además, ha sido intervenida una plantación de marihuana en un caserío de Usurbil, desmantelado un laboratorio en un trastero de San Sebastián y se han hallado útiles para adulterar estupefacientes en un camping de Oiartzun.

La organización se encontraba asentada en la provincia de Guipúzcoa, desde donde se gestionaba la introducción, adulteración y el tráfico de las diferentes drogas.

La investigación se inició durante el pasado mes de junio cuando los agentes detectaron la presencia de un grupo personas, residentes en su mayoría en San Sebastián, presuntamente dedicadas al tráfico de estupefacientes. Las primeras pesquisas, permitieron a los investigadores descubrir la ubicación de una plantación de marihuana y averiguar que, en ese lugar, se iba a producir una transacción.

Las plantas se ocultaban en un caserío en la localidad de Usurbil (Guipúzcoa), que era vigilado por personas ajenas a la organización a quienes pagaban una importante cantidad por realizar turnos de vigilancia y de recogida. Los agentes decidieron intervenir y en esta primera fase de la operación fueron detenidas ocho personas.

La segunda fase de la operación se centró en las actividades de la red orientadas al tráfico de speed.

Los agentes dispusieron un segundo operativo que culminó con la detención de 12 personas más y el desmantelamiento del laboratorio en un trastero de San Sebastián. Además, se localizaron más útiles de laboratorio, como productos químicos, probetas, pipetas, fuentes de calor, etc., en un camping de la localidad de Oiartzun. La droga había sido transportada desde Málaga en un vehículo manipulado para albergar los paquetes entre los paneles de las puertas traseras.

Hachís por paquetería

Otra vía utilizada por la organización para el transporte de estupefaciente, especialmente hachís, consistía en el uso de empresas de paquetería. Para dificultar la identificación de los remitentes y destinatarios, los envíos se efectuaban con documentaciones de terceros, en algunos casos previamente sustraídas.