En el siglo XXI, los cimientos del sistema no se tambalean ni con barricadas ni con tomas de la Bastilla. En los años de Internet, 350 hackers reunidos en un centro okupa y planeando cómo reformatear el disco duro del establishment pueden hacer mucho más daño que mil y una Revoluciones de Octubre.

Desde el pasado viernes hasta este lunes, más de 350 piratas informáticos se reunieron en el centro libre autogestionado del Patio Maravillas (calle del Acuerdo) en la décima edición del hackmeeting. Un encuentro anual de ciberactivistas que acuden a la cita para compartir información, conocer nuevas formas de pirateo digital y poder hablar cara a cara (la mayoría sólo se conocen a través de Internet).

En sus múltiples charlas, conferencias y asambleas realizadas, a algunas de las cuales asistió 20 minutos, se habló de software libre, de cómo romper la barrera digital que separa el Primer y el Tercer Mundo (poniendo como ejemplo un país africano, Kenia) o sobre cómo proteger la privacidad de las personas con nuevas formas de entender las redes sociales.

Para cualquier analfabeto digital, como es el caso del que escribe estas líneas, el continuo ir y venir de ordenadores y cables que se vivió durante estos tres días en el patio podía hacer pensar que el hackmeeting se trataba de una campus party más si no fuera porque sus talleres bordean peligrosamente la legalidad (se hablaba sobre cómo forzar cerraduras o de las distintas formas que hay de romper la seguridad de las redes Wi-Fi, por ejemplo) y por su compromiso político.

"La piratería es alegría"

De hecho, uno de los asistentes a la asamblea realizada el pasado viernes, el cual no quiere dar su nombre (la mayoría de los ciberactivistas se conocen por su nick, nunca por su nombre completo), aclara: "No somos ninguna reunión de piratas ni una campus party. Nuestros fines no son comerciales, sino ideológicos". Mientras nos aclara conceptos, un enorme cartel situado a su espalda también sienta premisa. En él se lee: "La piratería es alegría".

Contra la Unión Europea y la SGAE

Uno de los lemas del hackmeeting de este año era "la necesidad de coordinarse en la capital y en todo el Estado español ante la amenaza que supone para la ciudadanía la Presidencia española de la UE, que arranca en enero". Sus dardos no sólo apuntaban a La Moncloa y a Europa, ya que aseguran que el Gobierno "planea hacer modificaciones en la Ley de Propiedad Intelectual y en la Ley de Internet y de Servicios de la Información, que penalizará el intercambio de P2P", una vieja reclamación de la SGAE.