No es el caso de los grandes aparcamientos del centro de la ciudad donde el área verde «no ha producido ninguna variación significativa», según la empresa Saba.

Ganchos ingeniosos

Algunos garajes han echado mano de soluciones ingeniosas para convencer a los clientes que sale más económico dejar el coche en un garaje que pagar 2,75 euros en el área verde. «Más barato que en la calle», dice un rótulo luminoso de un aparcamiento en la confluencia de las calles Nàpols y Rosselló. Desde que el área verde entró en funcionamiento, «la recaudación diaria ha disminuido un 30%», afirmó ayer Manuel Robledo, jefe de administración de este aparcamiento.

Este garaje de 200 plazas en rotación ha perdido un 20% de sus clientes, que han preferido pagar el euro semanal, mientras que han tenido un 5% de nuevos clientes, generalmente comerciantes de la zona, y eso que el precio de la hora es un 27% más barato que el del área verde. Robledo reconoce que ha habido una disminución de coches en la zona, «lo que también afecta a los comercios».

La picaresca de los conductores

La aparición de las áreas verdes ha fomentado la picaresca entre las personas que antes tenían una plaza de aparcamiento en un garaje. Algunos han optado por pagar el euro y dejar el coche en la calle toda la semana y alquilar su plaza de aparcamiento. Otros intentan ceder a un amigo su plaza durante las horas en la que ésta permanece desocupada para que éste aparque su coche. Son algunas maneras de sacar rendimiento a un aparcamiento cada vez más solicitado.