Los países del G-20, reunidos este viernes en la ciudad estadounidense de Pittsburgh, han decidido convertirse en el árbitro que dirija la economía internacional, lo que les dotará de más poder para impulsar las reformas financieras necesarias para afrontar la crisis.
La decisión de poner al G-20 en el centro de las decisiones económicas supone, de hecho, un cambio en la estructura económica internacional, que hasta ahora tenía el grupo de los siete países más ricos y Rusia, el llamado G-8, como el foro donde se tomaban estas decisiones.
Pero la debacle financiera tras el hundimiento de Lehman Brothers, hace un año, hizo necesario la instauración de un nuevo foro en el que tuvieran voz los países emergentes, y el elegido fue el G-20, del que forman parte naciones emergentes como China, India, Brasil, México y Argentina.
Los líderes mundiales buscan un mayor control sobre el sistema financiero, con el objetivo de evitar crisis económicas como la actual. Por ello, entre otras medidas, quieren que los banqueros se vean obligados a devolver las bonificaciones obtenidas en los últimos tres años si con sus decisiones provocan la quiebra de sus entidades por incurrir en riesgos excesivos.
"Los que abusen del sistema tendrán que asumir la responsabilidad", subrayó el presidente de EE UU, Barack Obama, en una rueda de prensa al final de la cumbre. Asimismo, el mandatario señaló que el acuerdo alcanzado permitirá que haya una "mayor transparencia" en el mercado de derivados, así como reforzar las exigencias de reservas de capital y vincular la compensación de los banqueros "al desempeño a largo plazo" de las instituciones financieras.
Modificación del voto en el FMI
En paralelo, el G-20 ha decidido reforzar otras instituciones financieras internacionales, y entre ellas el Consejo de Estabilidad Financiera, que en abril ya se decidió que incluyera a todos los países del G-20, lo que ahora ocurrirá también con el Foro Mundial de Transparencia e Intercambio de Información.
Este foro mundial es un órgano vinculado a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Economico (OCDE) que trabaja para la transparencia y cooperación en materia fiscal. El Consejo de Estabilidad Financiera, por su parte, se convertirá en la herramienta central del G-20 para impulsar reformas del sistema financiero mundial.
Los líderes mundiales han decidido además reformar el sistema de voto del Fondo Monetario Internacional (FMI), "donde España se encuentra infrarrepresentada", según ha anunciado el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
El jefe del Ejecutivo español destacó la coincidencia entre todos los líderes sobre la necesidad de un cambio de modelo económico por otro más sostenible, que tenga en cuenta la lucha contra el cambio climático y que se base en la innovación. "Hay que ser exigentes, transparentes y por ello hay que cambiar el modelo", ha dicho Zapatero, que ha vuelto a apostar
Asimismo, Zapatero destacó que en el G-20 hay unanimidad para mantener las medidas económicas de estímulo contra la recesión. "El impacto de la crisis está siendo duro en el empleo y, por ello, ha de mantenerse una fuerte cooperación y los estímulos fiscales", ha concluido.
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