Pintando paredes, limpiando el suelo y los cristales, quitando pegatinas, instalando el alumbrado de las farolas... La actividad de los operarios era ayer frenética, a 24 horas de la inauguración de la estación de metro de Puerta Jerez.

A las 14.30 h abrirá por fin al público la línea que acercará a los sevillanos al centro y que más se ha hecho esperar, tras cuatro meses de retraso sobre  a la inauguración de la línea 1 (el 2 de abril) por la aparición de restos arqueológicos de muralla almohade y el hundimiento de un quiosco.

Los que más se alegran de que acaben las obras son los comerciantes, cansados de soportar más de dos años de ruidos y suciedad. «Se ve bien cómo ha quedado, es bonito. Estaba ya deseando que acabara todo, pero ahora aún nos queda la peatonalización del Cristina», dice Rocío Moreno, en una tienda de souvenirs.

Un camarero del bar Veracruz opina que «el metro traerá a más gente y le va a dar mucha vida a esta zona. Me gusta».

Los transeúntes se paraban a mirar, curiosos, cómo ha quedado el entorno de la estación. «A mi me parece que aún queda mucho que rematar por fuera pero lo que es el metro me encanta», dice un vecino del periferia.

Segundo intercambiador modal

Junto a San Bernardo, la estación de Puerta Jerez será el segundo intercambiador modal de la línea 1, al confluir aquí las paradas de Tussam, tranvía, autobuses metropolitanos y la estación de bicis públicas. Por ello se prevé que será una de las estaciones con más movimiento de viajeros.

El tiempo de viaje en metro entre Puerta de Jerez y Ciudad Expo (Miarena del Aljarafe) será de 14 minutos; en 7 minutos con San Juan Bajo, en 3 con la estación Parque de los Príncipes en Los Remedios o en 16 minutos con la Universidad Pablo de Olavide.

No hay carril bici

El entorno de la estación  tendrá acerados más anchos, 16 farolas fernandinas triples y nuevo arbolado que restituirá el que había. En la acera del Jardín del Cristina habrá 17 macetones que, además de adornar, impedirán que pasen los coches. Además se instalarán aparcamientos para bicicletas, aunque de momento no hay proyectado un carril bici aquí. Se echan en falta bancos para sentarse.

COMERCIANTES AFECTADOS POR LAS OBRAS:

J. Bosco Fernández. Gerente del Hostal Dalí. «No veíamos el final de las obras. Ha habido clientes que pedían cambio de habitación por los ruidos, porque empezaban muy temprano. Yo veo bien el diseño que tiene ahora, aunque no sé por qué han dejado en medio un carril si dicen que será peatonal y no pasarán coches».

Blanca Alcaide. Trabaja en un quiosco. «Las obras han sido desesperantes, demasiado largas, todos los días polvo y mucho ruido. Teníamos que limpiar el quiosco cada dos por tres. Menos mal que ya se ha acabado. Ahora me parece que la zona ha quedado muy bien y espero que recupere vida».

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