El asesino de Palomino reconoce que le apuñaló por "instinto" al sentir miedo

El acusado del asesinato del menor antifascista Carlos Palomino, el soldado profesional Josué Estébanez de la Hera, aseguró este lunes ante el juez de la Audiencia Provincial de Madrid que apuñaló al joven de 16 años "por instinto" al verse amenazado por "esas personas armadas", que le produjeron "miedo". Además, ha dicho que se sintió amenazado por la víctima y por sus amigos, y ha negado ser de ideología neonazi o de extrema derecha.

"Soy español nada más, una persona a la que le gusta que gane la selección española", ha declarado el acusado en el juicio que ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid cuando la fiscal le ha preguntado si se considera "un patriota".

La Fiscalía pide 29 años de prisión para Estébanez por el apuñalamiento de Palomino el 11 de noviembre de 2007 en un vagón del metro en la estación de Legazpi cuando el menor supuestamente se dirigía a reventar una manifestación de ultraderecha a la que acudía el acusado. El abogado de la familia de Palomino solicita 37 años de prisión, 20 por el delito de asesinato, 4 por un delito de amenazas, 3 por tenencia ilícita de armas y 10 por una tentativa de homicidio. Además, reclama la responsabilidad subsidiaria del Ministerio de Defensa porque el arma del crimen era una navaja de maniobras del Ejército español.

Le pidió la sudadera y su dinero

El acusado, soldado profesional, ha asegurado durante su declaración ante el tribunal que llevaba una navaja porque al día siguiente se iba de maniobras. Estébanez ha sostenido que iba en el vagón del metro cuando entraron "punkis y gente rapada", le empezaron a señalar gritando "a por ese" y le rodearon, tras lo que Palomino le dijo que le diera su sudadera y su dinero, a lo que él se negó.

"Me empujó y viéndome acorralado por personas armadas me entró miedo y pensé que como se lanzaran no salía vivo", ha declarado el acusado, que ha agregado que le salió "el instinto".

Estébanez también ha dicho desconocer si la sudadera que llevaba ese día puesta es un símbolo de ideología de extrema derecha, ya que era un regalo. Asimismo, negó que ese día acudiera a la manifestación convocada por las juventudes de Democracia Nacional y declaró que iba a cenar a Villaverde con unos amigos.

"Nos dijo que nos iba a matar"

La Fiscalía, por su parte, asegura que Palomino realizó unos comentarios al acusado "cuyo contenido se desconoce" y a los que éste respondió "de manera inesperada y con la finalidad de acabar con su vida, clavándole directamente en el corazón la navaja", lo que provocó la muerte casi inmediata del joven.

Esta versión ha sido corroborada por dos jóvenes que han declarado como testigos protegidos y que aquel día resultaron heridos. Ambos han coincido en que Estébanez llevaba puesta una sudadera con un símbolo de ideología de extrema derecha -"la que llevan los neonazis en Madrid"- y que Palomino le preguntó por ella al subir al vagón.

"Nos dijo que nos iba a matar, que éramos unos guarros e hizo el saludo fascista", ha explicado uno de ellos, mientras que el otro ha explicado que intentó quitarle el cuchillo al acusado, pero que fue apuñalado en las costillas.

Concentración en la Audiencia

Mientras, en la calle, un centenar de amigos y compañeros de Carlos Palomino se han concentrado a las puertas de la Audiencia Provincial de Madrid para reclamar una condena contra su asesino.

Rodeados por un amplio dispositivo policial, los amigos del joven asesinado lanzaban insignias de tipo "Carlos, hermano, nosotros no olvidamos". La cabecera de la concentración exhibía un cartel en el que se leía: "Vuestros asesinatos no quedarán impunes". Otra pancarta rezaba "¡Josue, asesino!".

Mavi, la madre del joven asesinado, se acercó a la Audiencia "con ganas de que se celebre ya la vista oral". "Espero ser civilizada, transmitirle algo con mi mirada. Quiero verle", aseveró. "Confío en la Justicia. Es mi fe, ante ella me mantengo, quiero una sentencia ejemplar".

Por su parte, Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, que ejerce la acusación particular y pedirá 30 años para el acusado, espera que se aplique la agravante de "odio ideológico". Ha dicho que espera una sentencia rigurosa, que mande un mensaje ejemplar "a esas bandas neonazis que no paran de atacar a inmigrantes, indigentes, jóvenes de izquierdas y gente de bien".

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