El secuestrador 'iluminado' amenazó con hacer estallar tres latas de zumo

  • Josmar Flores Pereira amenazó con hacer estallar una bomba que en realidad eran tres latas de zumo camufladas.
  • Pereira, de 44 años, ex alcohólico, dice que fue sicario y que la religión lo salvó del suicidio.
  • Pereira es pastor de una iglesia evangélica.

Tres latas de zumo de frutas rellenas de tierra y una lucecita de colores atada alrededor es todo lo que le hizo falta al boliviano Josmar Flores Pereira para secuestrar ayer un avión y poner en vilo a todo México durante varias horas.

Su intento de advertir personalmente al presidente Felipe Calderón de una supuesta inminente catástrofe en forma de gigantesco terremoto acabó, por el momento, en el hangar de la Policía Federal y en espera de un examen psiquiátrico.

"Viene un terremoto como nunca antes lo ha habido", dijo cuando fue presentado ante la prensa, esposado y  sonriente.

Flores, de 44 años, es un hombre de manos grandes que se dice un pastor religioso recuperado por Dios hace diecisiete años cuando, alcohólico y drogadicto, estaba a punto de poner fin a su propia vida.

"Me iba a electrocutar porque pensé que no podía cambiar, primero me reía de los hombres que hablaban de Dios (...), hasta que un día, al borde del suicidio, pensé '¿y si fuera real?'", narró enfervorizado.

En Youtube se puede ver un vídeo que habla de su conversión, se hace notar que fue sicario, y en él demuestra su habilidad con la pistola. También se le puede escuchar cantando un corrido y un tema cristiano.

El secuestrador, según confesó, tomó conciencia en pleno vuelo de que la fecha, día nueve del mes nueve de un año acabado en nueve, leída al revés, como mandan los cánones satánicos, daba como resultado 666, el número asociado al Anticristo. Y, pasada una hora de vuelo, sacó sus latas de zumo y comenzó su cometido.

Intentó obligar al piloto a dar siete vueltas en torno del aeropuerto de Ciudad de México, a donde se dirigía el vuelo, pero al no poder entrar en la cabina no le fue posible obligarlo.

La aeronave descendió, y tras una negociación en la que insistía en hablar con Calderón, fue sometido por las fuerzas federales de seguridad.

Poco después, el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, comparecía ante una miríada de periodistas que perseguían la noticia del momento. Al fin y al cabo, México no vivía un secuestro aéreo desde 1972.

La noticia había conseguido asombrar a un país acostumbrado a escuchar sobre matanzas de narcotraficantes, huracanes devastadores y héroes políticos de vodevil.

Su mujer pide perdón

La esposa de Pereira, Elsa Velgara, pidió ayer  perdón al presidente mexicano, Felipe Calderón, por los hechos y los atribuyó al "trastorno psicológico" que sufre su marido. Flores es padre de tres hijos y responsable de una iglesia evangélica.

Velgara explicó ante la prensa que su marido se drogó y bebió alcohol durante su juventud, lo que derivó en una serie de trastornos enfocados principalmente a temas religiosos. "Tal vez consideró que es un mensaje de Dios", explicó.

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