La casa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, parece haberse convertido en el lugar de peregrinación elegido por los afectados por la actual crisis económica. Desesperados ante la impotencia de ver a sus seres queridos viviendo en la calle, buscan en la puerta del Palacio de la Moncloa (Madrid) una solución.

En lo que llevamos de año, cinco familias han utilizado el recoveco situado a escasos 30 metros de la garita de seguridad del palacio, bajo el puente de la carretera de A Coruña, para pedir una entrevista con el presidente del Gobierno. Hasta el momento ninguno de ellos ha logrado su objetivo.

La acampada comenzó el pasado 13 de marzo. Ese día llegaban Antonio y José Manuel, dos vecinos de Piera (Barcelona), tras 23 días de caminata (800 kilómetros) hasta llegar a Madrid.

José Manuel, asfixiado por no poder pagar la hipoteca, fue a su banco a pedir una de las ayudas prometidas por Zapatero, pero el director de la sucursal le dijo: "Vete a La Moncloa y se la pides tú mismo", asegura. Su amigo Antonio lo acompañó en su viaje.

Tras ser entrevistados por varios medios de comunicación, entre ellos 20 minutos, no tardaron en unirse nuevos inquilinos al campamento. A finales del mes de marzo, Miguel Carrillo, un padre en paro de Barbera del Valles (Barcelona), se unía al grupo al ver a su familia al borde de la bancarrota.

Más adelante, el 20 de marzo, Segundo Quiñones y su cuñado llegan, también andando, desde Elche (Alicante). Su situación es similar a la de sus compañeros: van a quedarse en la calle (su piso está a punto de salir a subasta) al no poder hacerle frente a una hipoteca de poco más de 300 euros al mes.

Sólo queda Segundo

Tras más de 132 días de acampada, Segundo, que asegura estar alimentándose solamente a base de líquidos, ha visto cómo todos sus compañeros han tirado la toalla abandonando.

Problemas familiares, médicos, por las duras condiciones climatológicas y de higiene que han tenido que soportar, están entre los motivos, explica este colombiano que lleva 9 años en el país y está casado con una española.

"En menos de tres metros cuadrados hemos vivido cinco personas, y mi mujer cada quince días viene a visitarme. Además, nos tenemos que duchar e ir al baño al aire libre", cuenta, entre lágrimas.

Este padre de cuatro hijos (tres colombianos y uno español), que se echa las manos a la cabeza al pensar la de habitaciones vacías que habrá a escasos metros de su "choza", está dispuesto a conseguir su objetivo. "Sólo me iré con una solución entre los brazos o muerto", dice tajante.

Exige una audiencia con Zapatero. 20 minutos se puso en contacto con La Moncloa para saber si harían caso a las exigencias de Segundo. Varios días después aún no hemos recibido noticias sobre el asunto.