Los efectivos contra incendios de la Junta de Castilla y León dan casi por controlado el fuego declarado la tarde de este miércoles en Portugal y que se aproximó peligrosamente hasta la localidad salmantina de La Bouza, en pleno Parque Natural de las Arribes del Duero, hasta el punto de que fue necesario desalojar a medio centenar de sus habitantes.

Fuentes de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca precisaron que el incendio, que llegó a medio kilómetro del municipio, sigue declarado de nivel 2, si bien los trabajos realizados en las últimas horas por los servicios de extinción mejoraron la situación al lograr derivar las llamas hacia la carretera, que se convirtió en un inmejorable cortafuego.

Pese a ello, y dado el peligro del incendio, que afecta, fundamentalmente, a una importante superficie de matorral, fue necesario desalojar a medio centenar de habitantes del municipio, situado en el noroeste salmantino, en la comarca de Ciudad Rodrigo, a unos 142 kilómetros de Salamanca capital y de gran atractivo por su belleza paisajística.

Atención a los evacuados

Hasta allí se desplazó una unidad de apoyo logístico de la Agencia de Protección Civil y Consumo con todo el equipo necesario para atender a las personas evacuadas como mantas y alimentos, además de un vehículo pesado y otro ligero. Asimismo, se dispusieron tres autobuses con capacidad para 100 personas con el fin de evacuar a la población hasta el municipio salmantino de Villar del Ciervo, donde fue habilitado el Pabellón Multiusos, si bien varias familias se negaron a abandonar su vivienda.

Por su parte, en la extinción del incendio participan efectivos aéreos y cuadrillas terrestres desde poco después de las 16.15 h,  cuando se declaró el Nivel 2, que contempla la actuación de todos los medios aéreos y terrestres disponibles, tanto de Salamanca como de otras provincias de la Comunidad y de Extremadura y Portugal. 

Las mismas fuentes informaron de que, debido a las condiciones meteorológicas, la provincia de Salamanca se mantiene en alerta por riesgo de incendios por la existencia de una masa de aire caliente que se mantiene sobre gran parte de la Península, la cual eleva las temperaturas, además del viento que ayuda a la propagación de los fuegos.