La bomba lapa colocada por ETA en los bajos del segundo coche en Calvià y detonada por los artificieros de la Guardia Civil era idéntica a la que horas antes acabó con la vida de los agentes Carlos Saénz de Tejada García y Diego Salvá Lezaun.
Según se puede ver en un vídeo difundido por TVE, la bomba estaba colocada debajo del asiento del copiloto y estaba sujeta con bridas, igual que la que mató a los guardias civiles. Normalmente, este tipo de artefactos suelen llevar un imán y se colocan muy rápido. Pero la bomba pesaba demasiado, unos 3 kg, por lo que los etarras tuvieron que cambiar la forma de sujeción y por ello, necesitaron más tiempo para engancharla en los bajos del vehículo.
Según fuentes de la investigación, ya sólo queda saber en qué momento colocaron los etarras las bombas y dónde. Las bombas tenían un temporizador que permitió fijar una fecha y una hora concretas con antelación, lo que ayudó a planificar su huída. El cuartel de Calvià no tenía cámaras de vigilancia por lo que no resultará fácil saberlo.
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