"Hemos comprobado que la tasa de hospitalización se ha cuadriplicado entre las mujeres embarazadas en comparación con la población en general", dijo Denise Jamieson, del CDC. "También hemos comprobado que proporción de muertes relativamente alta entre las mujeres encinta. Hemos registrado un 13% en el informe, pero es una cifra insegura basada en el pequeño número de muertes que se ha producido".

Esto es, seis embarazadas fallecidas de un total de 45 muertes registradas por el CDC entre el pasado 15 de abril y el 15 de junio, explicó Jamieson, cuyo estudio aparece en la revista Lancet. Todas esas mujeres estaban sanas antes de infectarse de H1N1, y todas desarrollaron neumonía y tuvieron que recibir respiración asistida. En total, el CDC ha registrado 302 fallecimientos por la nueva gripe hasta el momento en EEUU.

"De ellas, tenemos información completa de 266, y 15 eran mujeres embarazadas, esto es, el 6%", añadió Jamieson. Dado que las mujeres encinta son el 1% de la población estadounidense, "están definitivamente sobrerrepresentadas" en esa estadística de nueva gripe.

No hay que cambiar hábitos

En España, una de las seis víctimas mortales que ha causado la nueva enfermedad era una mujer embarazada. También la primera persona que murió en Europa por el virus fue una mujer escocesa que falleció poco después de dar a luz.

Sin embargo, la doctora del CDC aseguró que las mujeres embarazadas no tienen por qué cambiar sus hábitos por el nuevo virus: "No hay evidencias de que sean más propensas a infectarse por la gripe; se trata simplemente de que, si ocurre, tienen más riesgo de enfermar gravemente".

Por ello, en caso de sospechar que se tiene el virus, estas mujeres deben llamar al médico rápidamente y, éstos, a su vez, deben ofrecerles salas de espera separadas para atenderlas. Si, efectivamente, tienen la nueva gripe, deberían tomar antivirales en las primeras 48 horas de infección para que sean más efectivos.