Se trata de la primera tarjeta de tarifación social del ámbito que podrán pedir los padres de los 440.000 niños de la región, donde viven más de cinco millones de personas. El título será personalizado y los niños deberán acompañarlo con el DNI o pasaporte, de forma que se evitará que a pequeñas edades cometan fraude.

En los 18 municipios del área metropolitana se podrá obtener a través de la web de la Entitat Metropolitana del Transport (EMT), las oficinas de los operadores de transporte y ayuntamientos. En los 235 municipios restantes que dependen de la Agrupació de Municipis amb Transport Urbà (Amtu), a través de la web T-12, operadores, consistorios y estancos. Los ayuntamientos mandarán información de como obtenerla a casa de cada pequeño.

La tarjeta, que quiere ser una herramienta de fidelización en el transporte público, será válida para desplazamientos ilimitados en la zona donde reside el niño. La tendrá que validar en cada viaje que haga en el Metro, Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), Renfe Cercanías, tranvía, autobuses urbanos e interurbanos. Los niños que cumplan los 12 años en 2009, la podrán utilizar hasta el 31 de diciembre.

El ahorro para las familias puede ser de unos 380 euros por niño, calculan los operadores de transporte, dinero que dejarán de ingresar. Tras los primeros 16 meses de análisis, en 2011 decidirán si para renovar la tarjeta volverán a cobrar un precio simbólico o los 35 euros de emisión serán únicos.

El bono nace con polémica, porque los presidentes de CiU y PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias y Alberto Fernández Díaz, respectivamente, han reclamado su gratuidad completa. El alcalde, Jordi Hereu, ha defendido que "es una medida de pedagogía, no de banalización del transporte público", para enseñar a los niños el valor de las cosas.