The Sunday Drivers: "A veces nos hemos arrepentido de haber versionado a ABBA"

  • La banda de Toledo acaba de publicar 'The End of Maiden Trip'.
  • Triunfar en EE UU "es una ilusión que se diluye con el tiempo".
  • En septiembre telonearán a Coldplay en el concierto de Barcelona.
El grupo The Sunday Drivers.
El grupo The Sunday Drivers.
MUSHROOM PILLOW
El grupo The Sunday Drivers.
Su último disco The End of Maiden Trip (Mushroom Pillow) ha entrado
en la lista de los más vendidos en España. Es una muestra más del prestigio que, durante años, ha acumulado la banda
The Sunday Drivers. Siguen viviendo en Toledo y llegar a EE UU se les antoja una "utopía". Este verano podremos verles en los festivales Sonorama y Ecopop. Hablamos con Jero, el cantante.

Sus discos causan cada vez más expectación…

Sí, y eso sólo se puede llevar bien. Por suerte tenemos un público muy fiel, por lo menos es lo que percibimos en los conciertos. Y ahora con MySpace, los blogs, etc. tenemos mucho contacto con ellos y creemos que lo agradecen.
¿Hay algún miembro del grupo enganchado a la Red?

No, solemos delegar. El perfil de MySpace lo lleva Miguel, el bajista. Y la web y nuestro twitter está en manos ajenas. El otro día nos enteramos además de que nuestro facebook es de un chico de Nicaragua, que había pillado el nombre. Fue una sorpresa, pero hablamos con él para administrarlo entre todos.
Nos creemos que la gente sabe cómo se graba un disco, pero no es así
Hicieron un videoblog de la grabación, ¿sentían la necesidad de compartirla?

Esto viene del disco anterior. Yo hice un diario con una web y tuvo muy buena acogida; a la gente le gusta el contacto cercano. Además, nosotros nos creemos que saben cómo se graba un disco, pero no es así…
Y les ayudaría a desconectar un poco…

También me sirvió para eso, fue un entretenimiento. Porque yo no tengo ni idea de montar vídeos ni nada, pero esas dos o tres horas al día me vinieron bien, fue algo terapéutico. En total, han sido tres semanas de grabación, unos diez días de mezcla y otra semana para masterizar.
¿Es duro mantener el nivel?

Depende de qué nivel te pongas… Para nosotros lo que es duro es hacer canciones que nos gusten mucho. Y después, grabarlas de una manera que sea el fiel reflejo a la idea que tú tienes. En ese sentido, es difícil, porque cada uno es el más exigente con su propio trabajo y al lado de eso cualquier presión es mínima.
¿Qué tienen de especial las canciones de The End of Maiden Trip?

Musicalmente, me parecen muy variadas, mucho más que en otros discos. Y sé que compositivamente, en cuanto a estructura, son muy diferentes. Por ejemplo,
My Plan no tiene estribillo, hay otras que no tienen solos, etc. Y después, hay registros que no habíamos tocado, como en
So What, que es un tema muy ruidoso. Sobre todo, el disco tiene una intensidad que se acerca al directo, que es lo que hemos buscado toda la vida y no hemos logrado nunca.
¿No habrá compuesto (Hola) to see the animals previendo los Juegos Olímpicos…?

¡Me lo han dicho! El otro día me viene un amigo y me dice: "Qué cabrón eres, la has hecho a propósito". Pero no…

Igual la escucha alguien adecuado y surge algo.

Ojalá, no estaría mal. Además, la canción es también un registro nuevo para nosotros, muy inocentón; tiene un ukelele y una base programada.
Tener una voz identificable habiendo tantos miles de cantantes es difícil

Su voz es muy reconocible y muy alabada.

La tengo muy baja, sí. Es un gran piropo, porque creo que tener una voz identificable habiendo tantos miles de cantantes es difícil. Me parece un gran halago y, si realmente es así, puede ser bueno para el grupo, para crear cierta identidad. De todas formas, en este disco la voz ha tenido un tratamiento muy especial, está más integrada.

¿Qué les dan a los franceses, que les tratan tan bien?

(Risas) La historia es que, con el segundo disco, una discográfica que se llama Naif se interesó por nosotros, y resultó ser bastante potente allí. Empezó a mover el single On My Mind y a todas las radios les encantó, por eso surgió la demanda del grupo. Fuimos para allá a tocar en festivales y cada vez nos salían más cosas. Hemos vuelto después, pero no con tanto movimiento. Y creo que ha funcionado por lo mismo que aquí.

¿EE UU les queda aún demasiado lejos?

Es una cosa utópica, una ilusión que se va diluyendo con el tiempo. Es complicado, aunque sea fácil llegar vía Internet. Pero de ahí a que alguien edite tu disco o te lleve… Hay muchos grupos, tanto en EE UU como en Inglaterra, que en ese sentido son los lugares más chovinistas.

¿Trabajar al margen de las multinacionales les da libertad?

En lo artístico somos completamente libres. Todo es consensuado, pero sacamos el disco más o menos cuando queremos. Llevamos los ritmos de nuestra carrera como queremos, tanto a la hora de tocar como de parar.

Pero habrán tenido sus problemas con las discográficas…

Sí, pero cada cosa tiene su momento. Yo no sé lo mismo ahora que cuando firmé el primer contrato. Siempre intentas negociar; hablando se suele entender la gente.

Han pasado por todos los festivales, ¿cómo se viven desde dentro?

Cuando estás empezando es el subidón de adrenalina más grande. De repente, ver a tanta gente es irreal y, de hecho, no lo disfrutas, porque estás muy nervioso. Pero ahora es alucinante. Los festivales tienen una cosa única, y es que te ven miles de personas, es un paso muy grande para la promoción. Y además, son en verano, que es otro rollo; son al aire libre y se respira música por los cuatro costados…

Como público, prefiero las salas pequeñas a los festivales, porque con tanta gente no logro concentrarme bien
¿Les da tiempo a ir ahora como público?

Sí nos da tiempo, pero es que cuando tocamos también somos público. Y como tal, no como músico, a mi no me gustan los festivales. Prefiero las salas pequeñas o un teatro, porque con tanta gente no logro concentrarme bien. De hecho, creo que los grupos no suelen dar sus mejores conciertos en los festivales, se dejan contagiar demasiado por el ambiente que hay abajo. Aunque hay excepciones… Siempre hemos hecho el esfuerzo cuando hay gente mítica en el cartel, como Brian Wilson o Leonard Cohen.
Hablemos de versiones. La suya de Dancing Queen, de ABBA, es muy popular…

(Risas) Es lo mejor de las versiones, coger una canción que no tenga nada que ver con lo que haces y llevarla a tu terreno. Siempre cogemos temas que nos gusten, pero lo de
Dancing Queen fue una excepción de la que alguna vez nos hemos arrepentido. (Risas) Llegas a un concierto y hay un tío que la única que te pide es esa, es frustrante…
¿Cuánta calidad de vida tienen en Toledo?

Cuando estás metido en una gira y acabas, volver a tu ciudad, casi pueblo, y verlo todo con distancia, está guay. Si viviese en Madrid, iría a conciertos, quedaría para hablar de proyectos… no podría estar todo el día metido en eso. Además, Toledo es más barato.

BIO.
Se formaron a principio de los 90. Su estilo pop-rock indie no tuvo mucha repercusión hasta 2002, cuando fueron fichados por la discográfica Rock Indiana. Han editado cinco discos de estudio. El grupo tiene seis componentes: Jero Romero, Fausto Pérez, Miguel de Lucas, Carlos Pinto, Julián Maeso y Lyndon Parish. En septiembre telonearán a Coldplay en Barcelona.
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