Una de cal y otra de arena. Esa parece ser la tónica de la planta valenciana de Ford, cuya dirección ha revelado que está estudiando "cómo acometer la reducción necesaria de personal de forma permanente" dada la situación del mercado y la demanda.

Tras unos meses jalonados por caídas en picado de la producción y regulaciones temporales de empleo, este miércoles se ha conocido que la factoría de Almussafes fabricará en exclusiva el nuevo C-Max, pero dejará de producir el modelo Focus en 2011 (se traslada a Alemania), lo que hace prever que "en ningún caso se pueda volver a los tres turnos", indicaron fuentes de la compañía a 20 minutos.

Desde el sindicato UGT  temen que la reducción pueda ser "alta". Actualmente hay unos 300 trabajadores incluidos en el último expediente de regulación de empleo, y el turno de noche suprimido afectó a 1.100 operarios, por lo que la cifra final se moverá entre estas dos magnitudes.

No obstante, el efecto dominó sería mucho más pernicioso, dado que 13.000 puestos de trabajo indirectos de empresas auxiliares dependen de la salud de Ford.

El anuncio de recortes por parte de la automovilística se produce tras la concesión de 51,9 millones de euros en ayudas por parte del Gobierno el pasado mes de junio, a los que hay que sumar otros 6,2 millones que destinó la Generalitat Valenciana a la factoría de Almussafes en febrero de este mismo año.

La Generalitat ve garantizada la planta

El vicepresidente económico del Consell, Gerardo Camps, cree una "muy buena noticia" que Ford vaya a hacer un nuevo modelo en exclusividad, como es el C-Max, porque se "garantiza el mantenimiento" de la planta valenciana y de "miles de puestos de trabajo". No obstante, respecto a los posibles despidos, añade que la Generalitat "estará a la espera de ver cuál es, en su caso, si lo hay, un expediente de regulación de empleo", tras lo que su departamento tomará "las decisiones que correspondan". CONSULTA AQUÍ MÁS