Una leyenda del cine pasó por España: Francis Ford Coppola, autor de El Padrino, Apocalypse Now o Drácula, visitó Madrid para presentar Tetro, su última cinta. Relajado y rejuvenecido, el director visitó nuestro país acompañado por Eleanor, su esposa desde hace 46 años.

¿Qué encontrará el espectador que vea Tetro?

Una experiencia muy emocional. Mi película anterior, Juventud sin juventud [que no llegó a estrenarse en los cines españoles], recibió malas críticas: dijeron que era incomprensible y, sobre todo, fría. No estoy de acuerdo, pero cuando empecé a escribir el guión de Tetro pretendí volcar en él todas mis emociones para hacer algo de verdad intenso.

¿Tiene siempre tan claras sus ideas cuando empieza a escribir un guión?

No. Cuando se me ocurre la idea inicial empiezo a hacerme preguntas sobre la historia. Después, durante todo el trayecto que pasa hasta que la cinta se estrena, trato de encontrar las respuestas adecuadas. Me gusta ser el primero que aprende algo en mis películas, y nunca me conformo con intentar rodar cosas bellas. Intento huir de lo típico, de lo ya visto. Y reconozco que hacer películas es un trabajo duro, pero también muy agradecido y del que se aprende mucho.

¿Qué aprendió con Tetro?

A reflexionar sobre temas muy personales. A lo largo de distintas generaciones, en mi familia ha habido gente con mucho talento que no ha obtenido todo el reconocimiento que merecía. Es algo que suele pasar en Estados Unidos, donde se confunden talento y fama. Y esa lucha por el reconocimiento también provoca celos y envidias y que seres muy cercanos, que se adoran, compitan e incluso lleguen a negarse ayuda. De esa incomunicación entre gente talentosa era de lo que quería hablar.

¿Tiene entonces la película mucho de autobiográfico?

Todo lo que cuento en Tetro es ficción, pero evidentemente incluyo situaciones cercanas a las que he vivido. He sido testigo de reproches, de peleas... También yo he sido, en algunos momentos de mi vida, egoísta y vanidoso.

¿Hasta qué punto son compatibles la felicidad y la creación artística?

¡Espero que mucho! Pero entiendo lo que dices: Hemingway afirmaba que todo su talento se debía a haber pasado una infancia terrible. Quizá tenía razón.

¿Cómo fue su infancia?

Cuando tenía cinco años, me sentía el niño más feliz del planeta. Mi padre era maravilloso y mi madre preciosa. Pero después empecé a pasarlo mal. Cambié demasiadas veces de escuela, tuve poliomelitis y pasé una larga etapa tirado en la cama, inválido. Además, me frustraba que mi padre fuese un gran artista y que mi hermano fuese mucho más guapo que yo. Pero, durante todo ese periodo, empecé a inventarme historias para sacar esa rabia. Eso me relajó, y empecé a valorar todo lo bueno que tenía alrededor. En Tetro hay algo de eso: el hijo aplastado por el éxito de su padre, los celos entre hermanos...

¿Qué conexión existe entre ésta y sus otras películas?

Creo que la más parecida es La ley de la calle, donde también incluí a un joven que idealiza por completo a su hermano mayor. También la estética de ambas películas tiene ciertos parecidos.

¿Le ha influido algún director en Tetro?

Intenté fijarme en lo que hacen algunos directores jóvenes, pero también me he dejado llevar por los actores. Vincent Gallo, por ejemplo, ha dirigido películas y trabajado con realizadores muy importantes, así que le he escuchado. Ésa era la idea: ser impactante, fresco, actual, y mostrar una película repleta de personajes con el corazón desgarrado.

Algunas cosas de Tetro recuerdan a Almodóvar...

He visto algunas de sus películas y me gustan, pero no sé si lo suficiente como para llegarme a influir. Si quieres un nombre, te daría el de Federico Fellini. Me apasiona cómo analizaba a la gente que forma parte del mundo del espectáculo: qué hacen cuando termina un rodaje, qué ocurre en los camerinos de una obra de teatro... Y películas como Las noches de Caviria o Luces de variedades también me influyeron para rodar en blanco y negro.

¿Cómo ve el Hollywood actual?

Ya no es un lugar donde se piense en el cine, sino sólo en el dinero. Eso es lo único que importa: recaudar dólares. Pero para mí el cine no es eso, sino un lugar donde hallar preguntas y respuestas. No quiero ser una máquina de hacer dinero, no hago películas para hacerme rico, sino para seguir aprendiendo.

¿Hay alguna forma segura de hacer dinero en el cine?

Los estudios creen que la hay, pero ni ellos la conocen. Hollywood ya sólo sabe copiarse a sí mismo para conseguir espectadores. Los productores cogen una película de éxito y la rehacen con otra estrella. Creen que por cambiar el nombre del actor la gente irá corriendo a las salas.

No se le ve muy optimista...

Así es el negocio. Pero hay algo de esperanza: en Estados Unidos, y en otros lugares del mundo, es posible encontrar a jóvenes directores con talento, que prefieren hacer películas personales a aceptar dirigir la enésima entrega de Harry Potter.

¿Por ejemplo?

Me gusta Alexander Payne, el director de Entre copas o A propósito de Schmidt. Obviamente, también el cine de mi hija Sofía.

¿Cómo es ella?

Alguien que ama profundamente el cine y tiene el suficiente valor como para hacer sus propias películas. Ése es el futuro del cine, gente que de verdad adore las películas y que tenga la suficiente fragilidad como para sentir las historias que cuenta, pero que también conserve la fortaleza necesaria para luchar con los intereses económicos que dominan la industria.

BIO. Francis Ford Coppola nació en Detroit, EE UU, en 1939, aunque se crió en Nueva York. Su padre, Carmine, era músico y compuso la banda sonora de algunas de sus películas. Es hermano de la actriz Talia Shire, tío de Nicolas Cage y padre de Sofía Coppola.