Se llama Jaime Fernández Miranda, pero su alias artístico es Jim Box. Es un cineasta de guerrilla y un apasionado surfista. Ha ganado un montón de premios con sus cortos, producidos con mucho esfuerzo, pero presupuesto cero. En la foto de la izquierda, predicando con el ejemplo, aparece como actor.ç

¿Cómo han sido estos años de guerrilla filmmaking?

Muy positivos. Según he ido haciendo cortos y colgándolos en mi página, he podido saber lo que le gusta a la gente. Es un feedback automático. Lo importante es que me he divertido mucho. Nunca habría podido rodar mis películas sin Internet.

Estás escribiendo un guión para un largo...

Estaba lanzado, pero ahora estoy reflexionando. He escrito una comedia de un padre y un hijo sin dinero que se dedican a robar en la playa los coches de los que hacen surf. Aún me falta experiencia para rodar un largo. Dentro de seis meses sabré mucho más.

¿Quién lo produciría?

Lo intentaría con Películas Pendelton, que son Javier Fesser y Luis Manso. Hice el making off de Camino para ellos y los conozco de colaborar en Notodofilmfest.

¿Qué es para ti este certamen?

Le debo mucho. Conecto muy bien con Javier Fesser. He realizado muchas piezas y cortos para el festival. Lo último ha sido en Murcia, una película que se llama Senderismo, que he rodado allí, junto con otros cortos de ganadores de anteriores ediciones.

¿De qué corto estás más satisfecho?

Lógicamente, de los que han ganado premios. Le tengo bastante cariño a Fuel, pues fue muy espontáneo. Una mañana de 2003, después de lo del Prestige, iba a hacer surf y en la playa había petróleo. Estuve en una tele local con las imágenes que había tomado y me dijeron que no les interesaba. Decidí hacer un corto contando mi rabia por no poder surfear.

Este año, también has conseguido otro premio...

Sí, con Fêmina Domus; es un corto irónico sobre el mundo del trabajo. Ha ganado el premio de la sección Una película de José Luis Borau. Me hizo mucha ilusión que él mismo me diera el galardón. No debo de ser tan malo cuando un tipo tan importante me entrega un premio.

¿Vivir es rodar?

Somos muy pequeños en la inmensidad del universo y vamos a estar muy poco tiempo aquí, así que me gustaría que quedara algo mío. Rodando el corto Mi amigo Koji Kabuto, otro de mis preferidos, había una puesta de sol incomparable y el protagonista caminaba por el borde de un acantilado. Pensé que era un momento irrepetible, pero yo lo capturé. Se puede ver las veces que se quiera. Ésas son mis contribuciones a la posteridad.

¿Qué presupuestos manejas?

Ninguno. El dinero que gano con los concursos y trabajos de publicidad lo invierto en material. Además de dirigir, escribo el guión, llevo la cámara... Guerrilla filmmaking es hacer las cosas por la cara. Nunca pido permiso para rodar. Si tengo que filmar en un lugar más o menos privado, no espero al día siguiente para pedir autorización. De esa forma hice en un aeropuerto Take-Off (Despegue).

¿Ha cambiado el audiovisual con las nuevas tecnologías?

Es el remo del barco. En la Prehistoria había un par de pintores en las cuevas y el resto se dedicaba a cazar. En la época de Cervantes quizá hubiera doscientos escritores. Ahora, desde hace tres años, cualquiera puede ser cineasta. Internet es la revolución.

El futuro del cine, ¿pasa por Internet?

El futuro del mundo. Si dejara de funcionar, sería la hecatombe. Las distribuidoras de cine tendrán servidores potentes y habrá películas para todo tipo de pantallas, aunque lo de los móviles de momento no lo veo muy factible. Alguien tiene que encauzar el tema del pirateo, porque lo que no estoy dispuesto a hacer es un largometraje y luego que la gente se baje la película. Es mucho esfuerzo para nada. Hay que compensar de alguna forma a los creadores.

¿Qué temas te interesan para el argumento de tus filmes?

Las relaciones interpersonales. Me interesa contar cosas muy básicas, aunque me llamen zafio. Cosas que entienda cualquiera. El sexo es el motor del mundo. Todo lo haces, de una manera o de otra, influido por ello.

Una de las producciones que creaste fue El show de Henry Felgueroso...

Es un vecino. Acudió en los noventa a Quién sabe dónde, el programa de Paco Lobatón, porque quería encontrar a dos hermanas mellizas desaparecidas. Me pidió ayuda para buscarlas en la Red. Le puse un micro, enfoqué y salió una pieza que envié a Notodofilmfest. Alguien la colgó en YouTube y tuvo mucho éxito en Asturias. Luego hice más cortos con Henry contando anécdotas.

¿Por qué te gusta tanto el surf?

No podría vivir en una ciudad que no tuviera mar. Es lo que me ata a Gijón. Tengo con mi hermano una tienda de ropa de surf y hemos puesto un horario que nos permite ir a pillar olas un par de veces al día.

www.jim-box.com