Los carburantes se encarecen un 5%, más de lo que corresponde a los nuevos impuestos

  • El Gobierno aprobó una subida de 3,36 céntimos/litro, aunque el consumidor pagará hasta 5 céntimos.
  • En lo que va de año la sin plomo 95 ha subido el 30,30%.
  • El gasóleo, el 13,76%.

Hace poco más de una semana que el Gobierno aprobó una subida impositiva para el carburante que suponía un encarecimiento de 3,36 céntimos por litro (una vez sumado el IVA) de gasolina o de gasóleo.

Pero en realidad, el encarecimiento ha sido mayor: de 5 céntimos (4,8%) en la gasolina sin plomo de 95 octanos y de 4,7 céntimos (5,2%) en el diésel. La subida que paga el consumidor ha sido, por tanto, superior a la carga del nuevo gravamen.

Así lo constata el Boletín Petrolero de la UE, con datos de precios medios en España del 15 de junio, tres días después de la entrada en vigor de la nueva carga impositiva.

Según este mismo documento, en lo que va de año, el incremento de precio en la gasolina es de un 30,30% y en el gasóleo es del 13,76%. Y es que el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, ha comenzado a remontar el vuelo tras muchos meses de caídas.

Lo cierto es que la mayor parte del precio que el consumidor paga por el carburante se debe a los impuestos. Entre el IVA, los impuestos especiales y el de los minoristas se va el 56,48% (61 céntimos para el precio actual de 1,075 euros) del coste de la sin plomo 95 y el 52,63% (50 céntimos en un precio de 0,951 euros el litro) del coste del gasóleo.

Lo mismo con el tabaco

En la subida impositiva del tabaco, aprobada a la vez, se vio una situación similar: el precio de venta se incrementó más de lo que lo hicieron los impuestos, ampliando así los márgenes brutos que se reparten fabricantes, distribuidores y minoristas.

El Gobierno defiende que España tiene precios más bajos que en la UE. Es el décimo país con el carburante más barato de los Veintisiete.

Más subidas fiscales por la caída de los ingresos

La promesa electoral de Zapatero de eliminar el impuesto de patrimonio, que este año se ha dejado de pagar por primera vez, se calculó que costaría al Estado 1.800 millones de euros. Hasta abril, las cuentas públicas presentaron un déficit de 6.553 millones de euros, un 0,6% del PIB. Se ingresa menos y se gasta más. Por eso se trata de compensar con las subidas de impuestos en el tabaco y los carburantes, que inyectarán unos 2.300 millones.

No serán la últimas. El Gobierno ya ha insinuado que en otoño, con la negociación parlamentaria de los Presupuestos de 2010, podrá haber más y que sólo el IVA está libre de ser modificado.

Entonces quizá sea el momento para que se suba impuestos a las rentas altas, una medida que ya está en la agenda del PSOE, según publicó El País.

Las autonomías, enfrascadas en una guerra de bajada de los impuestos que gestionan, como el casi desaparecido de sucesiones, también van apuradas y por eso el Gobierno les ha permitido un mayor endeudamiento en el año 2010.

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