Unos ladrones de ganado robaron 19 vacas y toros valiosos de una propiedad de la reina Isabel II que

estaban siendo cebados para ser servidos en la mesa de la Familia Real.

Tony Barrat, el ganadero a cargo de unas

300 cabezas de ganado en Sandringham, propiedad de Isabel II, en el sureste de Inglaterra, explicó que la Policía había estado investigando la desaparición de los animales durante la última semana y añadió que probablemente ya han sido sacrificados de manera ilegal.

"Al principio pensamos que las vacas se habían escapado, pero en seguida nos dimos cuenta de que no habían dejado pistas (de su marcha)", explicó Barrat.

Los 19 animales, entre ellos dos toros jóvenes que habían sido seleccionados como

"los mejores del rebaño", pastaban en Sandringham en Nortfolk, a unos 160 km al norte de Londres.

Barrat, uno de los ocho ganaderos arrendatarios que alquila terrenos a la Casa Real, dijo que

nunca había ocurrido algo así. "Me disgusta tanto porque esta es carne que saborea la propia reina", afirmó