La tragedia del vuelo 447 de Air France sacudió de lleno a una familia sueca que nunca volaba en el mismo avión. Según la prensa braileña, los padres viajaban repartidos con sus dos hijos por si ocurría un accidente; sin embargo, la prensa sueca señala que lo hacían por acumular millas aéreas.
Sea por lo que fuere, lo cierto es que el domingo no fue una excepción. Vivían en Río de Janeiro y querían viajar a Suecia por vacaciones, así que Christine Badre Schnabl montó en el fatídico vuelo 447 con su hijo de cinco años, Philippe. Unas horas antes, el padre había tomado otro avión con la hija menor de la pareja, de tres años, según publica la prensa brasileña, citando al diario sueco Expressen.
Por la noche, tras confirmarse el accidente y las remotas posibilidades de supervivencia de los pasajeros del Airbus, el padre cogió a su hija y juntos tomaron un avión rumbo a Estocolmo, donde les esperaba la madre de Christine, Annika Badre, en estado de shock.
"Llena de vida"
"Hablé por teléfono con Christina momentos antes de que embarcara. Estaba llena de vida", relató Annika al diario sueco, mientras lloraba la pérdida de su hija y su nieto. Christine Badre Schnabl tenía 34 años y había vivido los diez últimos en Río de Janeiro.
Actualmente trabajaba en la cámara de comercio del consulado noruego. Antes lo había hecho en el consulado de Suecia.
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