La Casa Blanca confirmó que General Motors (GM) se declarará en quiebra este lunes al no haber conseguido el suficiente apoyo de sus acreedores para eliminar el 90% de su deuda no asegurada, cifrada en 27.200 millones de dólares.

El Gobierno estadounidense proporcionará al fabricante de automóviles 30.100 millones de dólares para reestructurarse. El presidente de EE UU, Barack Obama, tiene previsto explicar la decisión este mismo lunes, y poco después, el presidente de General Motors, Fritz Henderson, anunciará que la empresa se ha visto forzada a recurrir a la quiebra al no contar con el apoyo del suficiente número de acreedores para reestructurar su deuda.

La administración Obama calcula que GM permanecerá en situación de quiebra "entre 60 y 90 días". Añadió que "no será tan rápido como con Chrysler" porque es "más complicada", pero que el proceso seguirá las mismas líneas que lo acontecido con el tercer fabricante estadounidense de automóviles.

Chrysler se declaró en quiebra el pasado 30 de abril y este mismo lunes el juez encargado de supervisar el proceso puede autorizar la venta de sus activos a la italiana Fiat, lo que eliminaría el último obstáculo para terminar su reorganización.

Según explicó la Casa Blanca, la reestructuración significará la creación de "una nueva General Motors" que comprará "sustancialmente todos los activos de la vieja GM que necesita para implementar su plan de negocios". A cambio, el Gobierno estadounidense "renunciará" a recuperar la mayoría de sus préstamos.

El acuerdo contempla el cierre de 11 plantas y el despido de hasta 24.000 empleados.

El Gobierno estadounidense recibirá alrededor del 60% del accionariado de la nueva GM y derecho a nombrar los miembros iniciales del consejo de administración.

Además, las autoridades canadienses prestarán 9.500 millones de dólares a la empresa por lo que ostentarán el 12% del accionariado de la nueva GM y tendrán derecho a elegir un miembro del consejo de administración.

El 10% restante irá a parar a los acreedores con garantías.

La Casa Blanca insistió en que el Departamento del Tesoro se desprenderá de su participación en GM tan pronto como sea posible, si bien añadió que  "no tiene planes" para proporcionar más ayuda financiera a General Motors más allá de la nueva inyección de dinero de 30.100 millones de dólares.