El 70% de los niños valencianos de entre 11 y 12 años tienen ya teléfono móvil propio y lo usan a diario «sin que exista una necesidad clara para hacerlo a tan corta edad».

Un estudio de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu) ha puesto de manifiesto la extensión de estos artilugios entre los menores de la Comunitat.

Mientras en Francia se plantea ahora prohibir su uso en las aulas, los colegios e institutos valencianos han optado mayoritariamente por vetarlos en clase si su uso no tiene relación con la actividad académica.

Según fuentes de la Conselleria de Educación, el Decreto de Derechos y Deberes de la comunidad educativa, aprobado el año pasado, deja a los centros la opción de prohibir su uso o no en sus planes de convivencia. «La gran mayoría ha optado por prohibir que esté encendido en clase, pero sí dejan llevarlo en el patio», indican.

Anteriormente, la Conselleria había remitido unas instrucciones a los centros para que controlasen su uso en grabaciones ilegítimas a alumnos o profesores y también en agresiones. La prohibición actual ha desembocado en una reducción de las incidencias de este tipo, ya que se generan menos conflictos por estar hablando por teléfono o por un uso indebido de los mismos.

Las proyecciones del informe realizado por Avacu apuntan que, en la franja de 7 a 8 años, un 10% de los menores tiene y utiliza el teléfono móvil. La proporción sube al 30% de 9 a 10 años, se dispara al 70% entre 11 y 12, al 90% de 13 a 14 años y supera el 98% de la población de 15 a 16 años.

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