El freno al vehículo privado busca reducir el impacto de la muestra en el tráfico de Zaragoza. Por ello, sus responsables apuestan por lanzaderas, bicis (tendrán aparcamiento subterráneo) y paseos por las riberas remodeladas, ya que el 35% de los ciudadanos viven a un cuarto de hora andando del recinto.

En las dos primeras horas de apertura diaria se prevé que entren la mitad de los visitantes, que estarán en Ranillas durante ocho horas. Sin filas (algo improbable), necesitarían tres días para visitar los pabellones de los más de 70 países que participarán en el evento. El recinto podrá acoger 59.500 personas al mismo tiempo, que podrán elegir entre 61 restaurantes.

El pabellón puente de acceso al recinto, diseñado por la arquitecta Zaha Hadid, podría ser de una sola dirección en determinados momentos para evitar la congestión.

Respecto al aparcamiento de buses, ofrecerá tras la Expo 1.500 plazas de parking para los vecinos del Actur.

El 75% de los proyectos, en marcha

A mil días de que empiece la muestra, el presidente de Expoagua, Roque Gistau, asegura que «el 75% de los proyectos están en marcha», aunque hay obras que tienen los plazos ajustados. Hay que adjudicar aún el centro termal y el pabellón de España. Mañana, se presenta la Expo 2008 en Madrid para captar patrocinadores y se revelará el coste de las entradas.

Cómo ir a ranillas

Por tierra: Se habilitarán 7.000 plazas de parking para coches y 300 para autocares. A las líneas de bus 20, 23 y 43 (desviadas) se unirán dos lanzaderas desde la plaza Aragón y la avenida de Madrid.

Por aire: Un telecabina unirá la Intermodal, el parque fluvial y el recinto de la Expo, con 3.000 viajeros/hora de capacidad.

Por agua: Embarcaciones de recreo para 100 personas surcarán el Ebro.